Las actuales restricciones en Reino Unido prohíben la mayoría de los viajes internacionales, mientras que las normas que se introdujeron el lunes exigen que los viajeros den un resultado negativo en una prueba PCR realizada previamente a su salida, además de un periodo de cuarentena a la llegada.
Tras convertirse el 8 de diciembre en el primer país occidental en lanzar una campaña de vacunación masiva contra el COVID-19, el Reino Unido ya ha inoculado a 5.4 millones de personas con las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech y AstraZeneca/Oxford.
El ejecutivo de Johnson, muy criticado desde el principio de la pandemia por sus políticas erráticas en materia sanitaria, ha puesto ahora todas sus esperanzas en la vacunación para poder levantar, a partir de marzo, el tercer confinamiento en que se encuentra sumido el país.
Este confinamiento, iniciado a principios de enero en Inglaterra, parece estar dando resultados.
Los científicos sitúan la tasa de reproducción del virus entre 1 y 0.8 (frente a 1.3-1.2 la semana anterior). Esto significa que cada persona infectada contagia a entre 1 y 0.8 más, por lo que el número de casos no debe aumentar sino disminuir ligeramente.
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Pero, de momento, los hospitales del país se ven superados por el aumento de pacientes con síntomas graves.
La situación es "muy, muy mala en este momento, con una enorme presión, y en algunos casos parece una zona de guerra en términos de lo que la gente tiene que gestionar", afirmó Vallance el miércoles, día en que el país batió todos los récords, registrando 1,820 nuevos fallecimientos.
Hay actualmente unos 38,000 enfermos de COVID-19 hospitalizados, casi 4,000 de ellos con respirador, muchos más que durante la primera ola de la pasada primavera.
Con información de AFP y Reuters