Por su parte, los combustibles fósiles representaron un 41% del total.
Así, el equilibrio se ha invertido: en 2019 el 37% de la electricidad procedía de las renovables y el 45% de los combustibles fósiles.
El Reino Unido, que acogerá la COP26 en Glasgow en noviembre, registra un auge especial de la energía eólica, sobre todo gracias a las instalaciones de aerogeneradores en sus costas muy golpeadas por el viento.
La energía eólica, que es una de las prioridades del gobierno conservador de Boris Johnson, representó por sí sola el 24% de la electricidad en 2020, el doble que cinco años antes.
“Si se dan las condiciones”, las empresas eólicas planean invertir 10,000 mdd
El gas, principal combustible fósil utilizado en el país, sigue representando un 37%, pero su cuota disminuye.
Por su lado, el carbón sólo representa un 2% de la producción de electricidad y el país ha decidido dejar de utilizarlo en 2025.
La cuota de energía nuclear alcanzó el 17% y los poderes públicos pretenden mantenerla en este nivel, lo que debería contribuir a alcanzar el objetivo británico de neutralidad de carbono para 2050.