La Unión Europea se ha propuesto concentrar sus esfuerzos en impulsar las capacidades de producción en masa de las nuevas vacunas contra el COVID-19, según anunció este lunes la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Von der Leyen, que enfrenta una fuerte presión con las dificultades en el suministro de vacunas en los países del bloque, reconoció este miércoles "errores" y un "exceso de optimismo" en la estrategia comunitaria de vacunación, pero defendió el plan diseñado por Bruselas y subrayó que el "cuello de botella" se debe a que la ciencia ha ido más rápido que la industria.
La UE se concentra en la producción masiva de vacunas contra el COVID-19
En la visión de la dirigente alemana, el problema central de la estrategia fue subestimar la complejidad que representa la producción de centenas de millones de dosis de vacunas novedosas en tan corto plazo, y señaló que la industria no logró estar a la altura de la evolución de la ciencia.
"Hemos sido demasiado optimistas con la capacidad de producción. Normalmente, toma de cinco a diez años producir una nueva vacuna. Y lo hicimos en 10 meses" y "de alguna manera la ciencia ha superado a la industria", dijo Von der Leyen en una comparecencia en el Parlamento Europeo (PE) sobre la estrategia de vacunación en la UE.
Después del desarrollo de las vacunas, "la industria debe adaptarse el ritmo de la ciencia (...). Precisamos de una más profunda coordinación sobre los componentes esenciales, y mejorar las capacidades" de producción en la escala necesaria, dijo.
En un tenso discurso ante el Parlamento Europeo, Von der Leyen admitió tropiezos y afirmó que su equipo sacó las lecciones necesarias, pero defendió con energía la estrategia de centralizar en su oficina la acción de los 27 países para enfrentar la pandemia de coronavirus.
La política alemana explicó que su Ejecutivo ha tomado decisiones para enmendar los problemas que han ido surgiendo, como la creación de un grupo de trabajo "para redoblar la producción" o —a medio plazo— la Autoridad de Respuesta de la UE y de Preparación de Emergencia Sanitaria (HERA, por sus siglas en inglés), para armarse ante futuras crisis sanitarias.
"Uno de los cuellos de botella tiene que ver con sólo 2 moléculas sintéticas. Si tuviéramos solo 250 gramos más de esas moléculas podríamos producir 1 millón más de vacunas, nos dicen las empresas", dijo Von der Leyen.
De acuerdo con Von der Leyen —quien es médico con especialización en epidemiología— las vacunas para contener la pandemia de coronavirus "contienen hasta 400 componentes, y la producción involucra hasta 100 empresas, y es por eso que hemos creado un grupo para incrementar la producción industrial de las vacunas”.
En TecReview: De una o dos dosis: ¿cuál es la mejor vacuna contra el COVID-19?
Este grupo especial estará conducido por el comisario europeo para Mercado Interno, el francés Thierry Breton.
Una defensa a su estrategia
En su primer discurso en público sobre la situación, Von der Leyen dijo que la Comisión había cometido errores al adquirir vacunas en nombre de todos los países de la UE, pero defendió la estrategia general.
"Llegamos tarde a la autorización [de vacunas]. Fuimos demasiado optimistas en lo que respecta a la producción masiva. Y quizás estábamos demasiado seguros de que lo que pedimos se entregaría a tiempo", expresó.
Haber permitido que los países más ricos de Europa se hicieran cargo de las vacunas y dejaran a un costado a los menores países "habría sido, creo, el fin de nuestra comunidad", dijo.
Von der Leyen y la conducción de la UE se encuentran bajo una fuerte presión por las dificultades encontradas para abastecer de vacunas a los países del bloque, y la falta de transparencia sobre los contratos.
En 2020, la Comisión acordó que negociaría en nombre de los 27 países integrantes con los laboratorios farmacéuticos, y con ese poder firmó contratos de precompra por 2,300 millones de dosis.
Sin embargo, los problemas de suministro de vacunas ya han causado una agria disputa después de que AstraZeneca anunciara que no podría entregar de inmediato las dosis que prometió a Reino Unido y la UE.
Además, en una tentativa por controlar la producción de vacunas en territorio europeo pero destinadas a países fuera del bloque, la UE adoptó un sistema de registro que provocó un incidente diplomático con Irlanda y el Reino Unido.
En ese esfuerzo, la UE decidió invocar un controvertido artículo del Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE referido a controles fronterizos entre la república de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte, aunque la institución retrocedió por las enormes tensiones provocadas.
"Se cometieron errores en el proceso que condujo a la decisión, y lo lamento profundamente. (...) Puedo garantizar que la Comisión hará todo para preservar la paz en Irlanda del Norte", apuntó.
Transparencia, patentes y precios
"Soy consciente de que la confianza requiere transparencia", dijo Von der Leyen ante uno de los grandes reproches al sistema de compra: la confidencialidad de los contratos con las farmacéuticas, de los que solo se han publicado cuatro y con las partes sensibles censuradas, como el precio de las vacunas o los plazos de entrega.
Por parte del Partido Popular Europeo, primer grupo del hemiciclo y familia política de Von der Leyen, el español Esteban González Pons respaldó la compra conjunta y señaló que, de haber actuado cada uno por su cuenta, Estados como España, por dimensión y peso político, no habrían empezado a vacunarse hasta que hubieran terminado Alemania y Francia.
La líder del grupo socialdemócrata, Iratxe García, también alabó la estrategia comunitaria para evitar "esas peleas por acaparar mascarillas y respiradores entre países" de la UE al inicio de la pandemia e invitó a reflexionar "sin agitación" y dio la bienvenida a las críticas pero "con un espíritu constructivo y con lealtad internacional".
En nombre de la Izquierda Unitaria Europea, la francesa Manon Aubry reivindicó a la Comisión que exija a los laboratorios la renuncia a los derechos de propiedad intelectual para "sacar de las garras de los laboratorios estas vacunas", financiadas en gran medida con dinero público.
Menos crítica, la líder ecologista Ska Keller subrayó el "valor de la investigación pública y de tener unos sistemas sanitarios de calidad".
Entre los diferentes asuntos abordados, varios eurodiputados plantearon si la CE se equivocó al priorizar el precio en la negociación con los laboratorios en vez de garantizar la producción pues, pese a conseguirlas más baratas que Estados Unidos o Israel, el ritmo de vacunación es más lento.
En el turno de réplica, la comisaria de Sanidad reconoció que "el ritmo de vacunación puede y debe aumentarse".
"Estamos haciendo todo lo que podemos para que así sea en las próximas semanas", explicó Kyriakides, que realzó también la iniciativa de la UE para suministrar vacunas a países pobres.
Con información de AFP y EFE