La OMS no descarta la teoría de que el coronavirus escapó de un laboratorio
Los datos primarios de este tipo se conocen como "listas de líneas", dijo, y normalmente serían anónimos, pero contienen detalles como qué preguntas se hicieron a los pacientes, sus respuestas y cómo se analizaron sus respuestas.
"Es la práctica habitual en la investigación de un brote", dijo a Reuters el sábado a través de una videollamada desde Sídney, donde se encuentra actualmente en cuarentena.
Dwyer dijo que obtener acceso a los datos sin procesar era especialmente importante, ya que sólo la mitad de los 174 casos tuvieron una exposición al mercado de Huanan, el centro de venta de marisco al por mayor de Wuhan, ahora cerrado y donde se detectó inicialmente el virus.
La misión de cuatro semanas en Wuhan concluyó sus trabajos el pasado lunes, sin conclusiones claras. Oficialmente la pandemia, que ha matado a cerca de 2.4 millones de personas en el mundo, surgió entre murciélagos, que pudieron pasarla a seres humanos a través de otro mamífero.
Las autoridades informaron que el virus fue detectado en Wuhan en diciembre de 2019, pero hay dudas sobre si no estaba ya circulando previamente. El equipo de expertos determinó que no había focos de COVID-19 importantes en Wuhan ni en ningún otro lugar antes de diciembre de 2019, pero no descartó que quizás hubo casos aislados.
Ben Embarek precisó que el equipo hubiera deseado tener acceso a datos brutos sobre enfermedades como neumonía, gripe y fiebre en la ciudad que quizás pudieran arrojar más luz sobre el inicio de la pandemia.
Antes de la misión, los científicos chinos habían identificado 72,000 casos de ese tipo entre octubre y diciembre.
Pero tras un profundo cribado de los casos, llegaron a la conclusión que solo 92 pacientes pudieron mostrar síntomas de COVID-19. De esos 92, 67 pudieron pasar tests serológicos. Todos dieron negativo al coronavirus.
Ben Embarek explicó a la agencia AFP que el equipo no pudo sin embargo tener acceso a los criterios específicos que fueron usados. "Estamos intentando entender cómo se baja de 72,000 a 92", indicó.
Otro experto del equipo, el epidemiologista británico John Watson, indicó que hubo una "discusión franca y amplia" sobre el acceso a todos esos datos en bruto, pero matizó que centrarse excesivamente en eso podría ser injusto.