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China se “comerá el almuerzo” de Estados Unidos, advierte Joe Biden

El presidente de Estados Unidos y su par chino, Xi Jinping, sostuvieron su primera conversación oficial, en la que cada uno buscó dejar claro su estilo.
vie 12 febrero 2021 05:04 AM
China
Aunque Biden ha prometido otro enfoque, su gobierno no parece tener prisa por poner fin del todo a la guerra comercial con Beijing.

Su primera conversación era muy esperada: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo chino, Xi Jinping, arrancaron su nueva relación con una extensa llamada telefónica en la que cada uno quiso marcar su territorio.

El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo este jueves que su primera conversación telefónica con su homólogo chino, Xi Jinping, duró dos horas, y salió de ella con la conclusión de que China "se comerá el almuerzo" de Estados Unidos en lo relativo a la infraestructura y otros temas, si su país no espabila.

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"Anoche estuve al teléfono durante dos horas seguidas con Xi Jinping", afirmó Biden a los periodistas al comienzo de una reunión con senadores para hablar sobre infraestructura en el Despacho Oval.

Los dos presidentes parecieron estar en desacuerdo en muchos asuntos, a pesar de que Xi Jinping advirtió de que la confrontación sería un "desastre" para ambas naciones.

Mientras que Xi ha hecho un llamamiento a la cooperación en el que todos salgan ganando, Biden ha calificado a China como el "competidor más serio" de Estados Unidos y ha prometido "competir mejor" con Beijing.

En el transcurso de un encuentro en el Despacho Oval con un grupo bipartidista de senadores estadounidenses para debatir la necesidad de mejorar las infraestructuras de Estados Unidos, Biden que hay que elevar el nivel ante el desafío chino.

"Si no nos movemos, se van a comer nuestro almuerzo”, les advirtió.

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El presidente estadounidense subrayó que China tiene "iniciativas muy importantes en lo relativo a los ferrocarriles" de alta velocidad, y también en cuanto a la manufactura de automóviles y las reformas para respetar el medio ambiente.

"Simplemente tenemos que acelerar", destacó Biden, quien quiere que el Congreso apruebe más fondos para renovar las infraestructuras de Estados Unidos, donde casi la mitad de las carreteras y un tercio de los puentes necesitan reparaciones, según algunas estimaciones.

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"Están invirtiendo miles de millones de dólares en toda una serie de cuestiones relacionadas con el transporte, el medio ambiente y otras cosas. Tenemos que dar un paso adelante", agregó.

La Casa Blanca dijo que Biden recalcó a Xi que es prioridad para Estados Unidos preservar un Indo-Pacífico libre y abierto, una región en la que Estados Unidos y China son grandes rivales estratégicos.

La Casa Blanca dijo que expresó su preocupación por las prácticas comerciales "coercitivas e injustas" de Beijing, así como por cuestiones de derechos humanos, incluida la represión en Hong Kong y el trato a los musulmanes en Xinjiang, y sus acciones cada vez más asertivas en Asia, incluso hacia Taiwán.

Todas las cuestiones de derechos que mencionó Biden son aquellas en las que Beijing ha dicho explícitamente a Washington que debe mantenerse al margen.

Y, como estaba previsto, la respuesta del hombre fuerte de Beijing fue firme.

Según los medios estatales chinos, Xi invitó a su homólogo estadounidense a que se mantenga alejado de las cuestiones que recaen sobre la "soberanía de China y su integridad territorial".

"Estados Unidos debe respetar los intereses fundamentales de China y actuar con prudencia", subrayaron.

Desde su llegada al poder, Biden y su equipo han multiplicado las advertencias sobre la cuestión de los uigures.

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Según los expertos, más de un millón de personas de esta minoría musulmana se encuentran detenidos en campos de reeducación política en Xinjiang.

Esta vasta región semidesértica, fronteriza con Pakistán y Afganistán, está sometida a una férrea vigilancia policial.

Beijing rechaza el término "campos" y asegura que se trata de centros de formación profesional, destinados a brindar un empleo a la población y mantener a raya el extremismo religioso.

¿La guerra comercial sigue?

Las colisiones bilaterales en planos como el comercial, el diplomático o el tecnológico fueron constantes bajo el mandato de Trump, y aunque Biden ha prometido otro enfoque, su gobierno no parece tener prisa por poner fin del todo a la guerra comercial con Beijing.

Ya en una retórica más cercana a la del gobierno anterior, Biden denunció también en la llamada las prácticas económicas "injustas y coercitivas" de Beijing, según la Casa Blanca.

Un alto responsable de la administración, que habló bajo anonimato, destacó que el nuevo equipo de gobierno coincide con el anterior en seguir haciendo frente a Beijing en el marco de la "competición estratégica" entre las dos potencias.

Agregó, sin embargo, que se han identificado "verdaderos problemas" en la forma en la que el gobierno de Trump la abordó.

Este funcionario reafirmó el miércoles que, por ejemplo, se mantendrán de momento los aranceles impuestos por la administración del presidente Trump a los productos chinos, a la espera de una revisión global de la estrategia comercial estadounidense.

"No hemos tomado una decisión sobre ese asunto", aseguró. "Habrá cambios en nuestra política comercial frente a China pero no serán inmediatos y, en el intervalo, no eliminaremos los aranceles", añadió, destacando la voluntad de la Casa Blanca de elaborar esa estrategia "en línea con sus aliados”.

En una entrevista emitida el domingo en CBS, Biden advirtió que la rivalidad entre China y Estados Unidos se transformará en una "competencia extrema", aunque al mismo tiempo aseguró que quiere evitar un "conflicto" entre los dos países.

Consultado sobre su homólogo chino, Biden señaló: "No tiene, y no lo digo como una crítica, sino que es una realidad, un solo hueso democrático en su cuerpo”.

"No lo voy a hacer de la forma en que [Donald] Trump lo hizo. Vamos a centrarnos en las reglas internacionales", añadió también sobre la relación, destacando conocer bien a Xi por haber tenido largas entrevistas privadas con él cuando fue vicepresidente de Barack Obama entre 2009 y 2017.

Durante esta primera llamada, Joe Biden abogó también por un tratamiento más pragmático de temas como el clima, desatendido por su predecesor.

Según un responsable estadounidense, que habló antes de la llamada entre los dirigentes, Joe Biden no tenía la intención de discutir sobre un eventual boicot de los Juegos Olímpicos de invierno previstos en Beijing en 2022.

A comienzos de febrero, legisladores estadounidenses presentaron un proyecto de resolución en el Senado para solicitar al Comité Olímpico Internacional que le retirara la organización de los Juegos a China, como consecuencia de "sus violaciones flagrantes de los derechos humanos”.

Con información de AFP, EFE y Reuters

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