La embajada de Estados Unidos en Bagdad fue objeto este lunes de un ataque cuando impactaron en el exterior de sus instalaciones en plena Zona Verde dos cohetes tipo Katiusha.
Los ataques en Irak llevados a cabo por grupos que se sospecha que operan bajo la dirección de Irán supusieron un desafío para la nueva administración de Biden, en un momento que abre la puerta a reanudar las negociaciones con Teherán sobre su programa nuclear.
La administración estadounidense dice que quiere reanimar el acuerdo de 2015, del que el ex presidente Donald Trump salió en 2018, y que tiene como objetivo congelar las aspiraciones nucleares de Irán.
Pero Washington también considera a Teherán como una amenaza continua para la seguridad en Oriente Medio.
Kirby calificó los ataques del jueves como "proporcionales" y dijo que "se llevaron a cabo junto con medidas diplomáticas", incluida la consulta con socios estadounidenses de la coalición anti-EI.
Pero también dijo que estaba diseñado para reducir la tensión en el este de Siria e Irak.
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Los ataques contra instalaciones estadounidenses en Irak han aumentado desde que Estados Unidos matara en enero de 2020 al poderoso comandante iraní Qasem Soleimaní mediante un bombardeo selectivo en Bagdad, una acción que fue muy criticada por las fuerzas políticas iraquíes y por las milicias proiraníes del país.
De los ataques contra la Zona Verde se suelen hacer responsables grupos armados poco conocidos, pero Washington acusa directamente a Kataib Hizbulá, una milicia iraquí financiada directamente por Irán que Estados Unidos. ha clasificado como organización terrorista.
Con información de AFP y EFE