El Ejecutivo ha identificado las zonas más afectadas, donde impone un cierre perimetral: se trata de la región de París —con 12 millones de habitantes—, la de los Altos de Francia —donde se encuentra la ciudad de Lille—, en el norte, los Alpes Marítimos, en la costa Mediterránea, y la Seine Maritime y el Eure, en el noroeste.
El gobierno francés, convencido de que el virus se contagia menos en lugares abiertos, buscará reducir al máximo las reuniones en los lugares cerrados.
Para favorecer las salidas al aire libre, que el Ejecutivo considera esenciales para mantener el equilibrio psicológico de la población, el primer ministro anunció que el inicio del toque de queda se retrasará en todo el país una hora, hasta las 7:00 pm.
Al borde del colapso
Francia mantendrá además el cierre de bares, restaurantes, locales de ocio, teatros, museos y cines vigente desde finales de octubre de 2020.
En total, 110,000 establecimientos estarán cerrados en las zonas afectadas, aunque con la novedad de que librerías y tiendas de discos podrán seguir abiertas.
Estas medidas tomadas por "al menos cuatro semanas", podrían extenderse a otras regiones si la situación se deteriora, advirtió el primer ministro francés, Jean Castex.
También se reducirá a la mitad el alumnado de los institutos, aunque las escuelas seguirán funcionando con normalidad, indicó Castex, quien evitó al máximo pronunciar la palabra "confinamiento”.