"No debe existir espacio para la ingenuidad a estas alturas ni entusiasmo desmedido por las nuevas tecnologías sin asegurar la seguridad informática", advirtió el menor de los Castro.
También aludió a la financiación de medios de comunicación desde el exterior "para generar contenidos ideológicos que llaman abiertamente a derrocar la Revolución y exhortan a desarrollar manifestaciones en espacios públicos, así como actos de violencia contra agentes del orden".
Durante el congreso, el partido adoptó una resolución para enfrentar la "subversión" política e ideológica.
Mientras se celebraba el congreso del PCC, una veintena de activistas, periodistas independientes y artistas denunciaron en Twitter que la policía les impedía salir de sus casas, un recurso empleado para evitar que se reúnan.
¿Y la relación con Estados Unidos?
Sobre Estados Unidos, el discurso de Castro no ha variado en los últimos años: rechazo frontal a las sanciones y el embargo financiero —recrudecido además durante la pandemia— y apertura al diálogo “sin condiciones inherentes” a la soberanía cubana.
Del deshielo con Estados Unidos, iniciado con el ex presidente Barack Obama, queda poco a nada, tras cuatro los de hostilidad durante la administración del republicano Donald Trump.
Aunque en Cuba se esperaba que la llegada al poder del demócrata Joe Biden en enero pasado suavizara las tensiones bilaterales vividas con Trump y propiciara un nuevo acercamiento, la Casa Blanca ya ha dicho en dos ocasiones —la última el viernes mismo— que cambiar la política hacia la isla no es prioridad en su agenda.
En su intervención, Castro también tuvo espacio para culpar al "neoliberalismo" de las manifestaciones de "inestabilidad social" en América Latina, una "contraofensiva" contra los gobiernos progresistas que "se fortaleció cuando la política de Estados Unidos cayó en manos siniestras con pretensiones intervencionistas y de la derecha cubanoamericana con amplia trayectoria terrorista y corrupta", sentenció.
Con información de AFP y EFE