En una entrevista por email con Expansión, Frisch explicó que, bajo el mandato británico, "alrededor del 11% de las tierras palestinas eran propiedad privada de árabes, un 5% eran propiedad de judíos y el abrumador resto eran tierras públicas o estatales”.
Frisch indicó que, después de 1967, cuando Israel conquistó Cisjordania (además del Sinaí egipcio y las Alturas del Golán de Siria), las cosas se complicaron todavía más. El profesor dijo que, en medio de esa nueva situación, los reclamos de los palestinos árabes fueron una y otra vez rechazados por los tribunales israelíes "por falta de pruebas de propiedad en ausencia de regímenes completos de registros de tierras bajo el mandato británico".
Las otras posibles fuentes de papeles de propiedad pueden ser todavía más erráticas, como los registros jordanos. "O todavía más problemático, aquellos de los otomanos que precedieron a los británicos". Se trata de "un verdadero desastre", resume Frisch, quien es también miembro del Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat.
Obviamente ninguno de estos argumentos convence a los residentes palestinos. Peor todavía, en las disputas legales están involucrados colonos judíos de extrema derecha, un grupo que ni siquiera es bien visto dentro de la Israel secular.
Según la cadena qatarí Al Jazeera, un cartógrafo palestino que se presenta como "experto en Jerusalén" viajó a Ankara en el 2010 y encontró en los archivos de la era otomana "un documento que niega cualquier propiedad judía de Karm al-Jaouni", la "zona caliente" de Sheikh Jarrah.
"Encontré la escritura y la presenté al tribunal de distrito israelí, que la rechazó de inmediato", le dijo a la emisora el cartógrafo palestino, Khalil Toufakji.
Así son las cosas en esta parte del Medio Oriente: las tribus discuten presentando como evidencia documentos del extinguido imperio otomano, del extinguido imperio británico o de la monarquía jordana que apenas pudo controlar Jerusalén entre 1948 y 1967.
Como dice el profesor Frisch, "un verdadero desastre”.