El segundo cambio es el relevo en las disidencias contra el régimen. Esta nueva oposición al gobierno castrista en Cuba no se codea con el exilio en Miami, ni se llama Oswaldo Payá —el activista político fundador del Movimiento Cristiano Liberación—. No tiene muchos rostros visibles, ni un líder claro. Quizás el Movimiento San Isidro, formado por escritores y artistas, es su representante más conocido fuera de Cuba.
La libertad de expresión, la apertura democrática y el cumplimiento de las necesidades básicas de los habitantes en la isla —como el acceso a alimentos y medicinas—son algunas de las principales demandas de su agenda.
Esta nueva generación disidente, conectada a redes sociales y a internet móvil, salió a las calles de al menos 30 ciudades y pueblos de Cuba el domingo para reclamar el fin de la escasez y dar atención médica para los enfermos de Covid-19 que saturan los hospitales de Cuba, sobre todo en los sitios turísticos.
Así es la nueva disidencia cubana:
Una protesta inusual, solo en la superficie
Los medios de comunicación calificaron las manifestaciones del domingo en Cuba de “inusuales”. Razones sobran. En Cuba, la mayoría de las demostraciones públicas se celebran solo con el visto bueno del PCC.