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La Ley de Seguridad Interior de China deja a Hong Kong sin sociedad civil

La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional anuncia su salida de este territorio en el ejemplo más reciente del deterioro de la situación democrática.
mar 26 octubre 2021 01:30 PM
Una mujer entra a las oficinas de Amnistía Internacional en Hong Kong.
Amnistía Internacional dijo que “todo el trabajo de la oficina regional continuará llevándose a cabo desde nuevas ubicaciones”.

Amnistía Internacional anunció este lunes el cierre de sus oficinas de Hong Kong ante la amenaza que enfrenta su personas por una ley de seguridad nacional que puso China al territorio.

En un comunicado remitido el lunes a la prensa, AI indicó que “la decisión, tomada con pesar, ha estado motivada por la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong, que ha imposibilitado de manera efectiva el trabajo de las organizaciones de derechos humanos en Hong Kong de forma libre y sin miedo a graves represalias por parte del gobierno”.

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La decisión se tomó justo el mismo día en que un tribunal de la ciudad china condenó a un ex conductor de reparto de comida por incitar a la secesión al gritar consignas, en el segundo caso de seguridad nacional que llega a juicio.

El rápido deterioro en Hong Kong

De reclamar en las calles una mejora de su sistema democrático a la detención de activistas y opositores, y al desmantelamiento forzoso de organizaciones de la sociedad civil: en menos de dos años Hong Kong ha pasado de ser una sociedad vibrante a ver censurado casi cualquier atisbo de disidencia.

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Solo entre enero y septiembre de este año medio centenar de organizaciones hongkonesas han decidido disolverse para minimizar los riesgos para sus miembros de ser acusados de alguno de los supuestos de la polémica Ley de Seguridad Nacional, que entró en vigor el 30 de junio de 2020 y que pena hasta con cadena perpetua la "secesión" o la "confabulación con fuerzas extranjeras".

Se trata de agrupaciones como la Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Patrióticos Democráticos de China (HKA, en sus siglas en inglés), de Wall-fare (dedicada a luchar por una mejora de las condiciones de vida de los presos), del sindicato de profesores profesionales de Hong Kong o del Grupo de Apoyo a Abogados de Derechos Humanos de China.

También algunas de corte más político como Studentlocalism o Demosisto, fundada entre otros por Joshua Wong —activista actualmente encarcelado por su participación en distintas manifestaciones hongkonesas— y que se disolvió el mismo día de entrada en vigor de la citada ley.

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La última en unirse a esta larga nómina es Amnistía Internacional (AI), que no se disolverá, pero sí anunció hoy que su sede local dejará de operar el próximo domingo, mientras que la oficina regional cerrará antes de final de año.

Según el anuncio publicado el lunes, la rama local de AI en Hong Kong (centrada en las campañas de concienciación sobre los derechos humanos en el territorio) dejará de estar operativa hasta el 31 de octubre, mientras que la oficina regional —dedicada a la investigación y labores de defensa de los derechos humanos en Asia oriental, el sureste asiático y el Pacífico— se cerrará antes de que termine el año.

La organización indicó que "todo el trabajo de la oficina regional continuará llevándose a cabo desde nuevas ubicaciones".

"Durante mucho tiempo, Hong Kong ha sido una base regional ideal para organizaciones internacionales de la sociedad civil, pero la reciente localización en grupo locales de derechos humanos y sindicatos en un síntomas de la intensificación de la campaña de las autoridades ara deshacerse de todas las opiniones discordantes de la ciudad", dijo la presidente la junta directiva de AI, Anjhula Mya Singh Bais.

"Cada vez nos es más difícil seguir operando en un entorno tan inestable. El ambiente de represión y de perpetua incertidumbre —agregó Bais— creada por la Ley de Seguridad nacional hace imposible saber qué actividades pueden llevar a sanciones criminales".

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Sin embargo, la jefa del ejecutivo hongkonés, Carrie Las, aseguró este lunes que “no hay forma de demostrar” que organizaciones defensoras de los derechos humanos como Amnistía Internacional, que este lunes anunció el cierre de su oficina en la ciudad, se marchen debido a la amenaza derivada de la ley de Seguridad Nacional.

"Diferentes asociaciones y diversos individuos han explicado o justificado sus acciones con la Ley de Seguridad Nacional, pero no hay forma de demostrar que ese es exactamente el motivo para que tomen esa decisión", dijo LAM durante su rueda de prensa semana.

Según la mandataria, "bajo la Ley básica —la miniconstitución de la ciudad— está garantizadas las libertades de asociación, reunión, expresión y demás, así que ninguna organización debería preocuparse sobre sus operaciones legítimas, pero han de realizarse de manera acorde a la ley".

Un ambiente hostil

Aunque la gobernante hongkonesa niegue que la Ley de Seguridad Nacional ha provocado el cierre de las organizaciones, el ambiente para este tipo de instituciones se ha vuelto más hostil.

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"Hemos decidido disolvernos porque la Policía nos ha solicitado mucha información y no podemos seguir trabajando como hasta ahora en el ambiente que hay ahora en Hong Kong", dijo a la agencia EFE una fuente de una de las organizaciones disueltas, que prefiere permanecer en el anonimato para evitar más riesgos.

"Es una decisión triste, con todo el trabajo que la asociación ha hecho", agrega.

Tanto la página web como los perfiles en redes sociales de esa y otras organizaciones han desaparecido también, después de meses operando bajo mínimos.

La velocidad a la que se ha ido deteriorando el panorama la muestran casos como el de la hasta ahora vicepresidenta de la HKA, Hang Tung Chow, quien aceptó el mes pasado una entrevista con Efe que no pudo llevarse acabo puesto que seis horas después de remitir la confirmación, en la madrugada del 7 al 8 de septiembre, la Policía de Hong Kong llegó a su puerta para llevársela detenida.

Días antes de su detención —el pasado 8 de septiembre, acusada de incitar a la participación de la tradicional vigilia anual por la masacre de Tiananmen, prohibida desde 2020 por las autoridades so pretexto de la pandemia—, Chow y otros líderes de la HKA habían desafiado los requerimientos policiales de información al considerar que estos carecían de base legal y suponían un "abuso de poder".

Asimismo, rechazaron la acusación de la Policía de ser "un agente extranjero" o de actuar en nombre de entidades foráneas.

"De este modo les demostramos que su intimidación (policial) termina aquí. No les vamos a ayudar a propagar el miedo", apuntó Chow tres días antes de su detención, momento desde el que permanece bajo custodia.

Sin libertad de expresión

Otras dos fuentes consultadas —activas en las relaciones con la prensa extranjera en años anteriores— no respondieron a la agencia EFE, una deriva cada vez más habitual debido al clima político en este territorio.

Todo esto a pesar de que Beijing se comprometió a respetar las libertades vigentes en 1997 y durante al menos 50 años mediante la firma de la Declaración Sino-Británica de 1984, que articuló la retrocesión de parte de la antigua metrópolis, el Reino Unido.

También se ha resentido la prensa, con el caso del cierre del tabloide Apple Daily como el más sonado de todos, ya que las autoridades congelaron las cuentas del diario, propiedad del magnate Jimmy Lai, actualmente en prisión por su participación en manifestaciones no autorizadas.

Asimismo, Lai está acusado de "confabulación con fuerzas extranjeras" por dos tramas que habrían buscado lograr sanciones internacionales contra las autoridades, según la información publicada por el rotativo hongkonés South China Morning Post.

Además, con la nueva legislación electoral, impulsada este año por Beijing, también se pone en la diana a la oposición hongkonesa, ya que se ha restringido aún más el ya de por sí limitado sistema de sufragio hasta ahora imperante, de manera que se minimizan las opciones de acceder al poder de sectores no simpatizantes con las directrices del gobierno chino.

Según las autoridades chinas se trata de una forma de garantizar que "solo los patriotas gobiernan Hong Kong", si bien se aplica una vara de medir del patriotismo que contempla solo la visión del término que tiene Beijing.

Con información de AFP y EFE

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