La dirigente, que encadena homenajes en las últimas semanas, dejará definitivamente la cancillería tras una ceremonia de traspaso de poderes con Scholz, adversario y a la vez aliado, ministro de Finanzas y vicecanciller en los últimos cuatro años.
Merkel, todavía con altas cotas de popularidad, pone así fin a 31 años de carrera política, la mitad de ellos al frente de la primera economía europea y cuarta mundial.
Gobierno paritario
Feminista convencido, Scholz tomará las riendas de un gobierno compuesto por primera vez en Alemania por igual número de hombres y mujeres.
Tres de ellas dirigirán ministerios claves: la ecologista Annalena Baerbock en Exteriores y las socialdemócratas Christine Lambrecht y Nancy Faeser en Defensa e Interior respectivamente.
También por primera vez desde los años 1950 habrá tres partidos en el gabinete alemán.
Pese a programas electorales a veces en las antípodas, el SPD, los Verdes y el FDP consiguieron acordar rápidamente un programa que se centra en la protección del clima, el rigor presupuestario y Europa.
Christian Lindner, dirigente de los liberales y partidario de la austeridad presupuestaria, asumirá la importante cartera de Finanzas.
La recién estrenada coalición deberá hacer frente a la peor crisis sanitaria desde la aparición del COVID-19, con los hospitales bajo fuerte presión.
La ola de contagios llevó al gobierno a imponer duras restricciones para los no vacunados, que no pueden entrar en restaurantes, lugares culturales y, en algunas regiones como Berlín, en tiendas.