Sin embargo, los atletas británicos sí irán al encuentro, que comienzan el 4 de febrero, precisó, subrayando que el Reino Unido "no apoya los boicots deportivos". Sin embargo, ninguno de sus ministros prevé asistir, subrayó.
Son muchos los focos de tensión entre Londres y Beijing, desde la situación de derechos humanos en la región de Xinjiang —cuna de la minoría musulmana uigur en el noroeste del país—, el retroceso de las libertades en la antigua colonia británica de Hong Kong y la exclusión del gigante chino Huawei de la red de telecomunicaciones británica 5G.
Ante los diputados, Johnson aseguró que plantea con regularidad ante representantes del gobierno chino la cuestión de los derechos humanos, en el centro de la decisión de los países occidentales.
Beijing no reaccionó de momento al anuncio británico, pero anteriormente había expresado ira ante la decisión estadounidense y desprecio cuando el miércoles se sumaron las autoridades australianas.
"Estados Unidos pagará"
El gobierno australiano se sumó a la iniciativa dos días después que Washington alegando la serie de desacuerdos que mantienen con Pekín y la situación de derechos humanos en el país comunista.
"Australia no se apartará de la firme posición en defensa de los intereses de Australia, y obviamente no es ninguna sorpresa que no enviaremos representantes australianos a estos Juegos", dijo el primer ministro Scott Morrison.
Preguntado durante una rueda de prensa, un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin, aseguró que su país nunca había tenido la intención de invitar a autoridades australianas.
A "nadie le importa saber si vienen o no", afirmó. "Sus maniobras políticas y sus pequeños trucos no cambiarán nada al éxito de los Juegos Olímpicos", añadió.