Vladimir Putin llamó al ejército ucraniano a "tomar el poder" y calificó al gobierno de Zelenski de "banda de drogadictos y de neonazis".
Este respondió con un video delante del palacio presidencial: "Estamos todos aquí, nuestros militares están aquí, los ciudadanos, la sociedad, estamos todos aquí, defendiendo nuestra independencia, nuestro Estado".
El Ministerio de Defensa ucraniano llamó a la población a resistir. "Pedimos a los ciudadanos que nos informen de los movimientos de tropas, que fabriquen cócteles Molotov y neutralicen al enemigo", instó.
Por la capital, con aspecto fantasmagórico por la huida de muchos habitantes, son omnipresentes los civiles alistados en las brigadas de "defensa territorial", identificados con brazaletes amarillos.
"Nunca había tomado un arma en mis manos hasta hoy (...) Intentaremos hacer lo mejor que podamos", decía Roman Bondertsev en el norte de Kiev.
"Y si me matan, habrá otros dos listos para ocupar mi puesto", añadió.
El viernes hubo disparos y explosiones en su zona, en el barrio residencial de Obolon, tras una aparente avanzadilla rusa. Periodistas de la AFP vieron un muerto en la acera y ambulancias socorriendo a una persona cuyo vehículo fue aplastado por un blindado.
El ejército ucraniano también informó de combates el viernes en Dymer e Ivankiv, dos localidades situadas a 40 y 80 kilómetros al norte de Kiev, y avances enemigos por el noreste y el este.