"Estos ataques, que amenazan la seguridad de Arabia Saudí y la estabilidad de la región, deben cesar de inmediato", añadió por su lado la portavoz de la diplomacia francesa, Anne-Claire Legendre, al señalar "la gravedad de la amenaza (relacionada con la) proliferación de drones y misiles".
Al apuntar a las instalaciones petroleras, los Houthis están tratando de "tocar el nervio de la economía global", declaró al Maliki.
Los rebeldes hutíes reivindicaron un total de 16 ataques contra varios objetivos, incluida una estación eléctrica en Jizan, en la frontera con Yemen, que fue incendiada.
Los ataques se producen en un contexto de precios del petróleo en alza, desde que el pasado 24 de febrero Rusia invadiera Ucrania, y los suministros mundiales se han ido interrumpiendo a medida que Rusia va siendo afectada por las sanciones occidentales.
El viernes, los precios del crudo, en caída la mayor parte del día, terminaron al alza después de cuando los rebeldes yemeníes se atribuyeran la responsabilidad de una serie de ataques en Yedá.
Arabia Saudita, mayor exportador de crudo del mundo, advirtió el lunes sobre el riesgo de una caída en su producción tras varios ataques ocurridos días antes reivindicados por los hutíes.
Uno de ellos tuvo como objetivo una refinería de Aramco en la ciudad industrial de Yanbu en el mar Rojo, a unos 100 km al norte de Yedá, obligando a la compañía a reducir "temporalmente" la producción y recurrir al inventario para compensar.