En el prefacio del reporte, el Departamento de Estado reconoce que la situación de los derechos humanos en Estados Unidos aún tiene mucho por mejorar.
"También reconocemos que nuestra nación no siempre triunfa en proteger la dignidad y los derechos de todos los estadounidenses, a pesar de las proclamas de libertad, equidad y justicia de nuestros documentos fundacionales", señala el documento.
Las únicas dos naciones latinoamericanas citadas en la introducción del documento fueron Cuba y Nicaragua, junto con países como Rusia, China, Corea del Norte o Siria.
Cuba, Nicaragua y Venezuela: la represión como regla de gobierno
En la sección dedicada a Cuba, el informe recordó que el 11 de julio pasado se produjeron "las protestas más grandes en décadas" para "exigir el fin de la represión".
Afirmó que muchos manifestantes fueron arrestados y encarcelados en condiciones "crueles", mientras que otros tuvieron que exiliarse.
"El gobierno llevó a cabo juicios sumarios para algunos manifestantes; solicitó largas penas de prisión, algunas de hasta 30 años, en cientos de casos; y mantuvo a otros manifestantes en detención preventiva prolongada. Algunos activistas optaron por exiliarse y el gobierno obligó a otros a hacerlo", aseveró el Departamento de Estado.
La autoridad estadounidense indica que miembros de las fuerzas de seguridad cubana cometieron numerosos abusos. Además, señala que hay informes creíbles sobre un aumento drástico del número de presos políticos, muchos de ellos presos en condiciones degradantes.