El súbito interés por los conciertos en Venezuela está siendo impulsado por dos factores concurrentes: por un lado, por primera vez luego de seis años arriban al país artistas internacionales; por el otro, un segmento de la población empieza a percibir una mejora de su poder de compra. Ese cambio de escenario, tras una crisis económica que parecía interminable, puede ser resumido en una sola variable: después de casi cinco años, Venezuela logró salir de la hiperinflación.
En enero pasado se cumplieron doce meses con índices de inflación por debajo del 50% mensual. De hecho, en marzo el registro fue del 1.4%, el más bajo desde agosto de 2012, según el Banco Central de Venezuela. Si bien otras mediciones realizadas por entes independientes muestran un nivel mayor para ese mes, la tendencia a la baja es clara.
De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) —una organización sin fines de lucro que dirigen dos excongresistas de oposición—, Venezuela registró en marzo una inflación del 10,5%, con lo que el acumulado del primer trimestre asciende al 17.8%. Esas cifras están muy lejos del record de 130.060% anual registrado en 2018.
La brusca caída de la inflación y la recuperación del poder de compra de al menos una porción de la población representan una bocanada de oxígeno para el gobierno de Nicolás Maduro, quien continúa culpando de la crisis de los últimos años a una supuesta guerra económica en su contra.