De acuerdo con los economistas C. Syropoulos y Y. Yotov, cerca de la mitad de las sanciones económicas impuestas en la historia han alcanzado parcialmente los objetivos establecidos y cerca del 35% lograron por completo sus metas. Nunca en la historia se habían aplicado sanciones equivalentes a una economía como la rusa, cuyo tamaño es tres veces el de Venezuela, siete veces el de Irán y 14 veces el de Cuba.
El objetivo de aislar a Rusia del comercio global no solo ha puesto en riesgo a sus más de 400,000 millones de dólares que exporta y a los bienes que compra del exterior, sino que ha influido en todo el mercado doméstico ruso. El incremento en los precios, la escasez de los productos y el cese de operaciones en el país por parte de múltiples empresas privadas impacta a toda su economía.
A lo anterior se suma un poder adquisitivo deteriorado, una moneda que ha perdido el reconocimiento del resto del mundo y una imposibilidad para ejecutar transacciones en el mercado internacional, ocasionada por las medidas que tienen como objetivo sacar a Rusia del sistema financiero global.
Las medidas impuestas a Rusia han generado una catástrofe, se estima que su economía se contraiga hasta 30% este año, alcanzando el objetivo de generar una profunda recesión en el país; sin embargo, la principal afectada será la población rusa. El éxodo de empresas se traduce en una pérdida de puestos de trabajo y en una disminución en la cantidad y variedad en los productos de consumo.
El recorte de los ingresos laborales, el desempleo, así como la devaluación del rublo y el incremento en la tasa de interés, impactará en su calidad de vida y en la vida de las personas que dependen de ese ingreso. Se estima que la recesión económica rusa conllevará que la proporción de la población que se encontraba en situación de pobreza se duplique, lo cual, en el corto, mediano y largo plazo, tendrá repercusiones severas para la economía en su conjunto.
Antes de la invasión de Ucrania, la aprobación de Putin era de 71%. No obstante, el creciente sentimiento de protesta y un mayor debilitamiento de los sentimientos de los rusos de que tienen voz en las decisiones que se toman en su país pueden conducir a una cascada de desaprobación.
Podría analizarse también el caso de Ucrania, en donde también se están generando distorsiones en su participación en el comercio global, impactando directamente a ese país, a sus socios comerciales y a quienes dependen de bienes para los cuales Ucrania es sistémico.