Se pueden “contener los precios ligeramente porque no se ven las condiciones del mercado, y eso no lo controlamos. El mercado exterior, el tema climático, el tema de la guerra que no se define y sigue incrementando también los costos de los fertilizantes para los productores, quienes ya van a sembrar la cosecha primavera-verano que es la más grande de México”, dijo recientemente Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, a Expansión.
El presidente López Obrador anunció que habrá precios de garantía, pero no control de precios, aunque no especificó en qué consistirá la nueva política que anunciará el miércoles. Y, lejos de confrontar al sector empresarial, aseguró que ha habido un diálogo con el sector privado para lograr este objetivo.
La contención podría llegar a través de no incrementar el precio de la electricidad para las empresas, seguir subsidiando el precio de los combustibles -incluyendo el diésel, uno de los más usados para el transporte de carga- e incluso con apoyos para los productores de alimentos y los campesinos, para la adquisición de fertilizantes.
Es decir, una contención de precios no trata de resolver por decreto la inflación, sino que intentaría aliviar las presiones sobre los costos de las empresas y los productores, tanto grandes como pequeños.
Sin embargo, aún queda la incógnita de en qué consiste el pacto con las empresas distribuidoras para no subir más los precios de los productos de la canasta básica y establecer un solo ‘precio justo’ en todos los estados del país.
Mientras tanto, Bimbo ya confirmó que participa en pláticas con el gobierno federal para evitar más alzas en el precio del pan blanco.