La agencia de Naciones Unidas para la igualdad de género subrayó que la libertad de movimiento es un derecho humano fundamental y un requisito para que las mujeres puedan ejercer el resto de sus derechos y participar plenamente en la sociedad.
"La última directiva de los talibanes es una nueva escalada de las restricciones sobre mujeres y niñas, que incluyen la imposibilidad de volver al trabajo y la incapacidad de continuar con su educación", lamentó Bahous en respuesta a esta nueva orden de las autoridades de Kabul.
Bahous recordó que estas restricciones se suman a muchas otras desde que los radicales se hicieron con el poder, como la exclusión de las niñas de las escuelas más allá del sexto grado o las trabas para que las mujeres conduzcan, tomen el transporte público o simplemente se muevan de un lugar a otro.
Según explicó, estas medidas están limitando cada vez más la capacidad de las mujeres para ganarse la vida, acceder a la sanidad y educación, buscar protección, escapar de situaciones de violencia y ejercer sus derechos.
"Estas crecientes violaciones de los derechos de las mujeres y niñas están costando a Afganistán en muchos sentidos y están teniendo un impacto en su crecimiento social y económico", señaló la responsable de ONU Mujeres, citando estudios que apuntan a que las restricciones laborales contra la mujer han tenido un coste inmediato de hasta mil millones de dólares o un 5 % de la economía afgana.
Según Bahous, estas últimas restricciones harán más difícil o incluso imposible la recuperación de un país donde más de la mitad de la población requiere asistencia humanitaria.
ONU Mujeres llamó "urgentemente" a los talibanes a cumplir con sus obligaciones en materia de derechos humanos y a la "inmediata restauración de la libertad de movimiento independiente para mujeres y niñas y sus derechos al trabajo y la educación al nivel más alto".