Esta ley ha sido criticada por organizaciones que defiende los derechos de la comunidad LGBTQI, pues consideran que puede discriminar a esta población.
"Nos aseguraremos de que los padres puedan enviar a sus niños a la escuela para que reciban una educación, no un adoctrinamiento", declaró el gobernador republicano antes de ratificar la ley, en marzo. "Depende de los padres hablar de esos temas con sus hijos".
El texto se aplicará desde el preescolar hasta el tercer grado, donde los alumnos suelen tener ocho o nueve años.
Durante meses, los republicanos de Florida libraron una batalla sobre la educación, con el objetivo de que los padres tuvieran un mayor poder de decisión sobre lo que sus hijos aprenden en la escuela.
La ONG Equality Florida, que defiende los derechos de la comunidad LGTBQI, criticó al gobernador tras la firma de la ley.
"DeSantis ha dañado la reputación de nuestro estado como un lugar acogedor e inclusivo para todas las familias, nos ha convertido en el hazmerreír y el blanco de la burla nacional", indicó en un comunicado.
"Y peor aún, ha hecho que las escuelas sean menos seguras para los niños", añadió.
La Casa Blanca ha sido critica de esta medida e asegura que el gobierno del presidente Joe Biden, un político demócrata, luchara para proteger los derechos de la población LGBTQI, especialmente los niños y adolescentes.