El mandatario firmó inmediatamente un decreto que convoca a un plebiscito con voto obligatorio el 4 de septiembre y que consultará a más de 15 millones de electores si "Aprueba" o "Rechaza" la nueva carta fundamental.
"Los invito a que debatamos intensamente sobre los alcances del texto, mas no sobre falsedades, distorsiones o interpretaciones catastrofistas ajenas a la realidad", dijo Boric, aludiendo a una intensa y agresiva campaña de desinformación en redes sociales.
La redacción del texto constitucional fue la salida política que encontró Chile para apaciguar las violentas protestas que estallaron el 18 de octubre de 2019 en reclamo de mayor justicia social en un país muy desigual.
En un acuerdo entre el entonces gobierno conservador de Sebastián Piñera y la mayoría de los partidos políticos —a excepción del Partido Comunista— se convocó a un primer referéndum que tuvo lugar en octubre 2020 para decidir sobre la pertinencia de redactar o no una nueva Constitución.
Luego, en mayo de 2021 se eligieron los integrantes de la Convención Constitucional, que se instaló el 4 de julio.
Gran parte de los convencionales de derecha —que fueron minoría— calificaron al proceso constitucional de "fracaso" y "oportunidad perdida", por lo cual harán campaña para rechazar la reforma de la Constitución de 1980, escrita por un puñado de hombres a puerta cerrada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).