La reunión se produce cuando el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, manifiesta esperanza en una nueva conversación en las próximas semanas con su homólogo chino, Xi Jinping, quien no ha viajado internacionalmente desde el inicio de la pandemia de covid a fines de 2019.
El Departamento de Estado adelantó que Blinken también sostendrá conversaciones con su homólogo indonesio, entre otros, y luego viajará el sábado a Tailandia, aliado de Estados Unidos, para una visita que fue cancelada el año pasado tras un brote de covid-19 en la delegación estadounidense.
Las reuniones entre funcionarios de Estados Unidos y China, que alguna vez fueron rutinarias, casi se habían terminado durante la pandemia y las tensiones aumentaron entre las dos economías más grandes del mundo.
El inicio del las tensiones
El asesor de Seguridad Nacional de Blinken y Biden, Jake Sullivan, se reunió en marzo de 2021 en Alaska con sus homólogos chinos en una reunión que se tornó conflictiva.
La cumbre de Alaska hizo visibles las profundas diferencias entre Estados Unidos y China, la primera desarrollada desde la asunción de Joe Biden en la Casa Blanca. Ambas delegaciones hicieron su parte para mostrar su descontento frente a las cámaras y la mirada del mundo, que observa el devenir de las problemáticas relaciones entre las dos principales potencias globales.
La inusual exposición de las diferencias, a viva voz, no fue casual, sino el resultado de una puesta en escena que pareció premeditada: tanto Washington como Beijing sentaron las bases de un duro vínculo, que afronta el desafío de lograr puntos de encuentro a futuro entre dos actores que riñen en casi todos los aspectos y que no pretenden ceder frente a su rival.