Democracia, decepción y fiesta: un relato visual del plebiscito en Chile
La mayoría de los 13 millones de votantes, una cifra récord, que participaron en el referendo sobre la nueva constitución hablaron con claridad: esta propuesta no.
SANTIAGO, Chile- En Chile, los 4 de septiembre están marcados por elecciones históricas. En 1952, las mujeres pudieron votar por primera vez. En 1970, después de dos intentos fallidos, el socialista Salvador Allende, representante de la Unidad Popular, ganó las elecciones presidenciales. Este último 4 de septiembre, también fue histórico, aunque no por las mismas razones.
Ganó el rechazo. No solo ganó, arrasó. Aunque las encuestas ya habían adelantado que esta opción sería la vencedora en el plebiscito sobre la propuesta de nueva constitución, nadie anticipaba un resultado tan contundente. La ventaja ante el apruebo, de acuerdo con el Servel, es de 24 puntos.
Publicidad
En ninguna región de Chile ganó el apruebo. Ni en la Región Metropolitana —donde se encuentra Santiago, la capital— que suele votar por opciones más izquierdistas, ni en la región de Magallanes, la tierra del presidente Gabriel Boric, que le dio el triunfo apenas en diciembre del año pasado. Todo el país quedó teñido por el rechazo.
Además de permitir la supervivencia de la constitución de 1980, al menos hasta que inicie un nuevo proceso constituyente, el plebiscito del domingo marcó historia por su nivel de participación: más de 13 millones de chilenos emitieron su voto, una cifra récord.
Estos fueron algunos momentos clave de este día que quedará grabado en los calendarios chilenos.
Una “fiesta de la democracia”
En bicicleta, en auto o a pie. Los votantes chilenos acuden de manera masiva a los centros de votación que se instalaron en todo el país. En el Liceo de Aplicación, en Santiago Centro, las filas ocupan una cuadra y más hacia la tarde, a la hora del almuerzo, llegan incluso a dar la vuelta.
El calor —los termómetros llegaron a marcar 27 grados en la tarde aunque en Chile todavía es pleno invierno— no hace nada para disminuir las filas de cientos de personas en los centros electorales de Santiago.
Publicidad
De acuerdo con el Servicio Electoral de Chile (Servel), 13 millones 21,063 chilenos acudieron a votar. Esto queda muy por encima de los 8 millones de votantes que participaron en la segunda vuelta de la elección presidencial de 2021 o de los 7 millones que acudieron a las urnas en la elección de los integrantes de la Convención Constituyente.
¿La razón? El voto en este plebiscito es obligatorio. De no hacerlo, los ciudadanos pueden verse obligados a pagar una multa de hasta 170,000 pesos chilenos (aproximadamente 200 dólares o 4,000 pesos mexicanos).
En la Comisaria 2 de Carabineros de Santiago además de acudir votantes, llegan varias personas para pedir una prueba que demuestre que el día de la elección se encontraban a más de 200 kilómetros de distancia de su domicilio electoral, la única razón que justifica que no participen en la votación.
Aunque las filas parezcan eternas, dentro el proceso de votación es rápido y ordenado, de acuerdo con la experiencia de los votantes.
Fuera del ambiente de crispación política que reinaba en las discusiones políticas previas al plebiscito, en los centros de votación se vive un ambiente tranquilidad y de cierta alegría. Las personas acudían a votar con sus mascotas o con sus bebés.
Publicidad
“Es una fiesta de la democracia”, dice Gonzalo, de 51 años y quien dijo que votó por la opción apruebo, aunque no se le preguntó por su preferencia electoral.
Se escuchan algunas quejas sobre el presidente Gabriel Boric, que viajó a Punta Arenas, una ciudad en el extremo Austral de Chile que se encuentra a 3,000 kilómetros.
“Pagan con nuestros impuestos un avión para que Boric vaya a votar y regrese el mismo día. Es un descaro”, comenta Francisco, de 74 años, a las afueras del Liceo de Aplicación.
El conteo: el fracaso del apruebo se hace patente
A las 18:00 horas, tiempo de Santiago (17:00 horas, tiempo de Ciudad de México), los centros de votación cierran. Solo las personas que están formadas antes de esa hora pueden emitir su voto.
Poco después de la salida del último elector, el conteo de los votos comienza en los centros electorales. Una a una, las papeletas son abiertas y el resultado se comienza a anotar.
Desde ese momento, el triunfo del rechazo es evidente. Las papeletas marcadas con esta opción comienza a acumularse en motoncitos frente a los pocos votos de las opción apruebo, incluso en las mesas de la comuna de Santiago, donde se esperaba que la nueva constitución recibiera apoyo.
En otras comunas más ricas de la capital chilena, como Vitacura o Las Condes, el triunfo del rechazo es aplastante, con 86.4% y 78.34% de los votos respectivamente. Pero también en Puente Alto, un sector popular del suroriente de la ciudad, el apruebo tuvo poco qué hacer ante quienes decidieron rechazar el texto constitucional.
En menos de 20 minutos, la tendencia se vuelve irreversible. El rechazo al proyecto de nueva constitución se impondrá en el plebiscito de salida.
Plaza Dignidad, el centro de la decepción postelectoral
En la Plaza Dignidad —antes Plaza Italia— comienzan a reunirse unos 2,000 partidarios del apruebo. Aunque las encuestas indican que el rechazo ganará el plebiscito, aún tienen esperanza sobre un triunfo inesperado.
Los minutos avanzan y el sol comienza a ponerse en Santiago. Los resultados llegan, pero los ánimos aún no bajan. Isidora Varela, fotógrafa que cubre el proceso, no quiere sacar su celular. Ha visto ya que los resultados son muy favorables al rechazo. Cuando saca su teléfono, alguien quiere ver cómo van las cosas. Ella no deja que lo hagan. Busca que la fiesta no se termine tan pronto.
Los resultados, sin embargo, no tardan en conocerse. La fiesta se termina. Inicia la decepción y el silencio. También en enojo.
Plaza Dignidad se convirtió en octubre de 2019 en el principal escenario de las protestas antigubernamentales que condujeron a la escritura de la propuesta de constitución que acaba de ser rechazada en las urnas.
"Nosotras vamos a seguir en las calles; esto no nos va a detener, debemos seguir la lucha", dice a la AFP Cecilia Álvarez, de 46 años. Porta una bandera de los indígenas mapuche al cuello, de acuerdo con la misma agencia.
Algunos de los prenden fuego y hacen barricadas. La situación se tensa. Unos minutos más tarde los Carabineros llegan a deshacer la manifestación con gases lacrimógenos.
La fiesta del rechazo
En Providencia, en cuanto cae el sol y el triunfo del rechazo es una tendencia clara el sonido de las bocinas comienza a entrar a las casas y departamentos. Parece que Chile ha ganado un partido de futbol, con autos con las banderas chilenas pasando a toda velocidad por las avenidas.
En el Parque Balmaceda, sobre la avenida Providencia, se reúnen los detractores del proyecto de constitución para celebrar que fue rechazado. Con banderas de Chile —solo esas banderas— se abrazan y saltan. “¡El que no salte es Boric, el que no salte es Boric!”, gritan.
La derrota del Apruebo es también leída como un fracaso del gobierno de Gabriel Boric, el presidente izquierdista de 36 años que ocupó el cargo apenas en marzo de este año.
Por primera vez, los detractores de la propuesta constitucional salieron a las calles y fue para festejar el holgado triunfo obtenido en la votación de este domingo.
"Ha ganado el rechazo porque era una basura la posible Constitución y nuestro país necesita algo bueno", dice a la AFP Betta, empresario de logística, de 46 años.
Caravanas de vehículos con banderas de Chile se dirigieron a la celebración, donde familias, mayores y sobre todo muchos jóvenes cantaban una y otra vez el himno nacional en las mismas calles que esquivaron durante los dos meses de campaña antes del plebiscito de este domingo.
El jueves pasado, a los pies del cerro San Cristóbal en Santiago, apenas llegaron unos 400 partidarios para el cierre de campaña del "Rechazo".