Las conclusiones presentadas este martes muestran el papel del servicio de inteligencia (SEBIN) y la Dirección de Contrainteligencia Militar (DGCIM) para llevar a cabo estos atropellos "en la ejecución de un plan orquestado por el presidente Nicolás Maduro y otras autoridades de alto nivel para reprimir a la oposición al gobierno, incluso mediante la comisión de torturas de extrema gravedad, que son constitutivas de crímenes de lesa humanidad", señala la misión en un comunicado de prensa.
La misión ha documentado 122 casos de víctimas que fueron "sometidas a tortura, violencia sexual y/u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes" perpetrados por agentes de la DGCIM desde 2014 hasta la actualidad.
Entre los métodos de tortura utilizados figuran "palizas con objetos, descargas eléctricas, asfixia con bolsas de plástico y posiciones de estrés, así como formas de tortura psicológica, como la 'tortura blanca'", detalla el texto.
Estos hechos tenían lugar en su sede de Boleíta, en Caracas, y en una red de centros de detención encubiertos en todo el país.
Órdenes de Maduro
Según el análisis de la misión y la información recibida, las autoridades detuvieron a personas supuestamente disidentes y opositoras al gobierno. En algunos casos, Maduro y otras personas de su círculo cercano, así como otras autoridades de alto nivel, "participaron en la selección de los objetivos".