En Rusia, el anuncio de la movilización suscitó múltiples manifestaciones en todo el país, y al menos 1,332 personas fueron detenidas.
Muchos medios informaron también que hubo una avalancha de intentos para irse del país.
En la cercana Armenia, en el aeropuerto de Ereván, rusos admitieron haber huido de la movilización. Dmitri, de 45 años y una pequeña bolsa en la mano, explicó haber dejado a su mujer y sus hijos en el país.
"No quiero morir en esta guerra sin sentido. Es una guerra fratricida", aseguró, preservando su anonimato.
En Finlandia, las autoridades han visto un aumento importante de las entradas de rusos a través de su frontera y prevén que el número siga creciendo.
El número de rusos que entraron el día anterior fue más del doble de los que llegaron la semana pasada, dijeron agentes fronterizos citados por la agencia Reuters.
"Esta mañana sigue habiendo mucha gente, (...) quizá haya aumentado un poco con respecto a ayer", dijo un portavoz de la guardia fronteriza.
Max, un estudiante ruso de 21 años que no quiso dar su apellido, dijo que iba a Finlandia para tomar un vuelo a Alemania con el fin de visitar a sus familiares.
"Técnicamente, soy un estudiante, así que no debería temer ser reclutado, pero hemos visto que las cosas están cambiando muy rápidamente, así que asumo que hay una posibilidad", dijo a Reuters tras cruzar la frontera en Vaalimaa.