El proyecto de ley tendrá que ser votado en la Cámara alta, y si allí resulta modificado deberá regresar de nuevo al Congreso de los Diputados, antes de convertirse en ley.
"Esta es definitivamente una legislatura de avances feministas", celebró la ministra de Igualdad, Irene Montero, del partido de izquierda radical Podemos, aliado de los socialistas del presidente Pedro Sánchez dentro del gobierno de coalición.
"Reconocemos también la salud menstrual como parte del derecho a la salud y combatimos el estigma y el silencio", agregó ante los diputados.
A pesar de que Montero había indicado meses atrás que esta licencia, que los médicos podrán conceder a las mujeres que padezcan menstruaciones especialmente dolorosas o incapacitantes, no tendría una duración limitada, en el proyecto de ley no figura ninguna precisión sobre su extensión.
Cuando el texto sea adoptado definitivamente, España se convertirá en el primer país en Europa, y uno de los pocos en el mundo, que añade esta medida en su legislación, como ya lo hicieron Japón, Indonesia o Zambia.
Esta licencia menstrual suscita, sin embargo, reticencias en varios sectores como el sindicato UGT, uno de los dos mayores del país, que mostró su inquietud porque estas bajas despierten el recelo de los empleadores y supongan un freno a la contratación femenina.