Pero entre los edificios de Marinka, que antes de la guerra tenía unos 10.000 habitantes y ahora está cortada por la mitad por la línea del frente, los soldados ucranianos se han estado encontrando repentinamente cara a cara con el enemigo.
"Podían aparecer detrás de una pared a 10 o 20 metros de ti, de forma inesperada, trepando entre los escombros", dijo un miembro de la Brigada 79, que se negó a dar su nombre.
Los soldados que se defienden de las tropas rusas en Marinka dijeron a AFP que, sin edificios en los que refugiarse, luchan desde los sótanos, agazapados detrás de restos de paredes o escombros.
"No hay trincheras. No hay nada. Incluso tuve que esconderme detrás de un refrigerador", dijo otro soldado, Vitali, de 34 años.
El oficial de prensa, el coronel Yaroslav Chepurny, dijo que la brigada sufrió aquí su "mayor cantidad de pérdidas".
Una "carga"
En un posición cerca de Krasnogorivka, donde AFP pudo hablar con algunos de los soldados, Volodimir, de 26 años, señala dónde están sus adversarios rusos, entre los árboles, a unos 500 metros de distancia.
"Nos disparan con ametralladoras. Luego les respondemos con lanzacohetes y se quedan callados", cuenta.
Los miembros de la brigada, que llevan luchando en Marinka cinco meses, toman un respiro en una base cercana para escapar del frío y recuperarse.