"Como le dije al primer ministro, cualquier cosa que nos aleje de esa visión es, a nuestro juicio, perjudicial para la seguridad a largo plazo y la identidad a largo plazo de Israel como Estado judío y democrático", declaró Blinken.
A su llegada, en medio de los episodios de violencia más sangrientos de los últimos años, el jefe de la diplomacia estadounidense centró su censura en el tiroteo palestino en una sinagoga que puso a Israel en alerta máxima, pero también advirtió cora cualquier venganza.
Para Bilinken la matanza del viernes "fue algo más que un ataque contra individuos. Fue también un ataque contra el acto universal de practicar la propia fe. Lo condenamos en los términos más enérgicos”.
"Exhortamos ahora a todas las partes a tomar medidas urgentes para recobrar la calma e [iniciar] una desescalada", declaró Blinken en una rueda de prensa junto al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
"Queremos asegurarnos de que existe un entorno en el que podamos, espero que en algún momento, crear las condiciones para empezar a restablecer un sentimiento de seguridad tanto para israelíes como para palestinos", añadió.
En el atentado del viernes murieron siete personas por los disparos de un hombre de Jerusalén Oriental que acabó siendo abatido por la policía. Apreciado por muchos palestinos, no tenía vínculos conocidos con grupos militantes.