Ucrania asegura que ha formado brigadas de asalto y almacenado municiones con ese objetivo.
Aunque Kiev no ha divulgado cifras, el jefe del grupo paramilitar ruso Wagner, Yevgeny Prigozhin, en primera línea del frente, advirtió que Moscú debía prepararse para encarar una fuerza ucraniana de 200,000 a 400,000 hombres.
En el plano diplomático, Rusia, bajo sanciones occidentales, prosigue sus esfuerzos para demostrar que no está aislada.
El ministro chino de Defensa, Li Shangfu, declaró el martes en Moscú su "firme determinación" de reforzar la cooperación con el ejército ruso, alimentando los temores occidentales de que Beijng entregue armas a Rusia.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió la víspera al ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, para promover una mediación internacional.
El sábado, un día después de reunirse en Beijing con su homólogo chino, Xi Jinping, Lula afirmó que "es preciso que Estados Unidos pare de incentivar la guerra y comience a hablar de paz, es preciso que la Unión Europea comience a hablar de paz”.
Washington acusó el lunes a Lula de repetir "como un loro la propaganda rusa y china". Las autoridades ucranianas, por su lado, lo invitaron a visitar Kiev para que "comprenda" la realidad de la agresión rusa.