El anuncio se produce dos meses después de la hospitalización del Papa durante tres días en Roma, a finales de marzo, a causa de una neumonía que superó gracias a un tratamiento a base de antibióticos.
El Pontífice expresó en una entrevista a Telemundo que la neumonía fue "tratada a tiempo", y que si hubieran esperado algunas horas más, la situación podría haber sido "más grave".
En cuanto a sus dolores de rodilla, que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas o con ayuda de un bastón, dijo sentirse "mucho mejor".
Interrogado sobre sus problemas de salud a fines de abril, al regreso de un viaje a Hungría, el máximo líder de la iglesia católica manifestó su voluntad de seguir viajando.
Del 2 al 6 de agosto tiene previsto asistir en Lisboa a las Jornadas Mundiales de la Juventud, y luego viajar en septiembre a Marsella, en Francia, y más adelante a Mongolia.