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Estas son las claves de las disputas actuales entre Serbia y Kosovo

Las elecciones de alcaldes albaneses en la ciudades kosovares de mayoría serbia han provocado el estallido de disturbios en este país de los Balcanes.
jue 01 junio 2023 05:04 AM
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Los serbios, mayoritarios en cuatro ciudades del norte de Kosovo, boicotearon las elecciones municipales de abril a petición de Lista Serbia, su principal partido, muy cercano a Belgrado.

Kosovo vive fuertes tensiones provocadas por la elección de alcaldes albaneses en localidades de mayoría serbia, un conflicto que hace temer otras crisis en la región.

Una treintena de soldados de la fuerza multinacional liderada por la OTAN resultaron heridos durante el último brote de violencia en el norte del territorio, así como unos cincuenta manifestantes serbios.

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Estas son las claves que explican el aumento de tensión en Kosovo, donde viven unos dos millones de albaneses étnicos y unos 80,000 serbios.

¿Por qué estallaron los disturbios?

Los serbios, mayoritarios en cuatro ciudades del norte de Kosovo, boicotearon las elecciones municipales de abril a petición de Lista Serbia, su principal partido, muy cercano a Belgrado.

Pese al boicot, los alcaldes albaneses fueron elegidos a pesar de una participación de solo el 3.5%.

El gobierno de Kosovo organizó estas elecciones para llenar el vacío dejado por la renuncia masiva en noviembre de los serbios que ocupaban cargos en las instituciones comunes locales.

Cientos de policías serbios integrados en la policía de Kosovo, así como jueces, fiscales y otros funcionarios, abandonaron sus puestos para protestar contra la decisión del gobierno de Pristina, ahora suspendida, de prohibir a los serbios que viven en Kosovo el uso de matrículas de coche emitidas por Belgrado.

Pese a los llamamientos a la moderación de la Unión Europea y Estados Unidos, el gobierno kosovar ratificó a esos ediles la semana pasada, desatando la crisis actual.

La tensión en el norte del territorio comenzó el viernes 26 de mayo, cuando los serbios bloquearon el acceso de los ediles a los ayuntamientos y la policía kosovar les abrió paso a la fuerza, algo que fue criticado por Estados Unidos, el principal valedor de Kosovo.

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El lunes, las protestas se tornaron violentas y 50 manifestantes y 30 soldados de la misión de la OTAN, la KFOR, resultaron heridos en Zvecan. Como reacción, la OTAN enviará otros 700 militares para reforzar el contingente de los 3,800 ya desplegados.

El corazón del problema está la negativa de la minoría serbia a reconocer la autoridad del gobierno kosovar, que quiere establecer su soberanía sobre todo el territorio, mayoritariamente poblado por albaneses.

Los serbios exigen la retirada de los alcaldes y de las unidades especiales de la Policía kosovar. Dicen sentirse discriminados por el gobierno central y exigen que se les conceda un cierto nivel de autonomía, algo acordado en 2013 pero que Pristina no aplica, argumentado que eso atentaría contra la integridad del país.

El reconocimiento de la independencia de Kosovo

La batalla de los alcaldes está relacionada con la cuestión de la independencia de Kosovo proclamada en 2008, casi una década después de una guerra que dejó unos 13.000 muertos, en su mayoría albanokosovares.

Kosovo está reconocido por un centenar de países, la mayoría de ellos occidentales, y recientemente por Israel.

Pero muchos serbios consideran Kosovo como su cuna nacional y religiosa —en parte porque allí están los principales centros del cristianismo ortodoxo serbio— y el gobierno de Belgrado nunca admitió la independencia, como tampoco lo hicieron Rusia y China, lo que priva a los kosovares de un lugar en la ONU. Cinco miembros de la Unión Europea tampoco lo reconocen.

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Sin embargo, Kosovo sí fue admitido en el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Comité Olímpico Internacional, la Federación Internacional de Fútbol y la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol.

El presidente serbio, Aleksandar Vucic, promete que nunca reconocerá la independencia de Kosovo, un asunto delicado, ya que cualquier actitud conciliadora le podría costar el apoyo de los votantes más conservadores y nacionalistas.

El primer ministro kosovar, Albin Kurti, también es nacionalista como Vucic, y hace años incluso reivindicaba la unión de Kosovo con Albania.

El líder kosovar afirma que no retirará a los alcaldes elegidos en las elecciones boicoteadas y acusa a Belgrado de provocar tensiones mediante el envío de grupos extremistas y violentos.

¿Y ahora?

Para Kurti la construcción de un Estado que sea dueño de sus funciones soberanas y dotado de instituciones efectivas es primordial.

Pero para muchos serbios, permitir que Pristina ejerza su soberanía equivale a reconocer de facto que el territorio ya no está controlado por Belgrado.

En el contexto de la guerra Ucrania, la Unión Europea aumentó la presión para que ambas partes se pongan de acuerdo y evitar así otro conflicto en Europa.

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