Las lluvias torrenciales del fin de semana causaron importantes inundaciones y deslaves en siete de 10 departamentos del país, de por si hundido en una crisis humanitaria alimentada por la violencia de pandillas.
Según la ONU, las lluvias afectaron a 37,000 personas y causaron el desplazamiento de 13,400.
La ciudad de Léogane, situada a 40 km al suroeste de la capital, Puerto Príncipe, resultó particularmente afectada, con tres crecidas de ríos.
Al menos 20 personas murieron allí, según el primer balance de rescatistas.
"Los habitantes están desesperados. Perdieron todo. Los aguas devastaron sus campos, se llevaron el ganado", describió a la AFP el alcalde de Léogane, Ernson Henry.
Miles de familias fueron afectadas en su comuna, agregó, al resaltar que la población necesita comida, agua potable y medicamentos de emergencia.
Estas inundaciones también causaron importantes daños materiales en el país, destrozando cientos de casas y caminos.
"Aunque no se trate de un ciclón o de una tempestad tropical, los daños observados en zonas afectadas son considerables", lamentó Jean-Martin Bauer, coordinador para la ONU de acción humanitaria en Haití, en un comunicado.
El primer ministro Ariel Henry activó en respuesta el Centro de Operación de Emergencia Nacional (COUN).
ONU ofrece asistencia
La ONU ofreció la tarde del martes ayuda para los afectados por el terremoto, las inundaciones y los desplazamientos de tierra.