Hamás realizó el 7 de octubre un ataque sin precedentes contra Israel, donde mató a 1,400 personas, en su mayoría civiles, y tomó cerca de 203 rehenes.
Desde entonces Israel mantiene el territorio bajo asedio total, con una oleada de bombardeos aéreos y el bloqueo del enclave palestino y miles de soldados listos para una incursión terrestre. El ejército llamó ahora a 300,000 reservistas.
El viernes 13 de octubre, Israel urgió a los habitantes del norte del enclave a refugiarse en el sur del territorio, en previsión de una posible intervención terrestre.
La evacuación ordenada por Israel fue rechazada por Hamás y enérgicamente criticada por la ONU y varios países de la región.
Desde el 7 de octubre, el ejército israelí atacó cientos de objetivos en la Franja de Gaza, donde murieron cerca de 3,500 personas según las autoridades sanitarias gazatíes.
Un millón de personas se vieron desplazadas dentro del enclave, donde malviven 2.4 millones de palestinos.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo este jueves a las tropas reunidas en la frontera de Gaza que pronto verán el enclave palestino "desde dentro", sugiriendo que podría estar próxima una esperada invasión terrestre con el objetivo de aniquilar a Hamás.
"Ahora ven Gaza desde la distancia, pronto la verán desde dentro. La orden llegará", dijo Gallant a los soldados. No se esperaba que las tropas entraran mientras los líderes extranjeros estén de visita. Gallant también dijo que la batalla será larga y dura.
La Franja de Gaza ya vivió violentos combates en 2014. Israel movilizó entonces 75,000 reservistas durante 50 días, según John Spencer, del Instituto de Guerra Moderna en la academia militar estadounidense de West Point.
"Por un lado, tenemos la huida hacia adelante de Hamás y, del otro, la determinación total de Israel y la necesidad de aplicar la ley del talión", apuntó Pierre Razoux, de la Fundación Mediterránea de Estudios Estratégicos (FMES), en entrevista con AFP.