Unos días antes de la captura, los hutíes amenazaron con atacar a embarcaciones israelíes en esas aguas estratégicas situadas entre el noreste de África y la península arábiga, como represalia al conflicto entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
Al momento de la captura, los rebeldes dijeron que habían capturado una nave israelí. No obstante, días después, la oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que "No había israelíes en el barco", e Israel no estaba involucrado en su propiedad u operación, agregó.
Lo que se sabe del buque secuestrado en el Mar Rojo
El carguero capturado el domingo está operado por una empresa japonesa, lo que llevó a Tokio a comunicarse directamente con los rebeldes.
Japón está en "comunicación con Israel y además de los contactos directos con los hutíes. Pedimos encarecidamente a Arabia Saudita, Omán, Irán y a los demás países concernidos que insten a los hutíes para que liberen rápidamente el barco y a los miembros de la tripulación", declaró el lunes el ministro japonés de Relaciones Exteriores, Yoko Kamikawa.
La oficina del primer ministro indicó que la tripulación está compuesta por 25 miembros de diversas nacionalidades, entre ellos ucranianos, búlgaros, filipinos y dos mexicanos.
La cancillería de México confirmó en un comunicado que hay dos de sus ciudadanos entre la tripulación y que la embajada del país en Arabia Saudita realiza gestiones diplomáticas para corroborar su situación.
Añadió que la embajada se ha comunicado con "otros países involucrados para allegarse de información, y realizar gestiones que conduzcan a la liberación de los tripulantes que se encuentran en dicha embarcación".