Los bombardeos de aviones de guerra y artillería también se concentraron en las ciudades de Jan Yunis y Rafah, en el sur de Gaza, según los residentes, y los hospitales se esforzaban por hacer frente al flujo de heridos.
Israel no hizo comentarios inmediatos sobre las acciones denunciadas.
Desde El Vaticano, el papa Francisco urgió a ambos bandos a implementar un nuevo cese el fuego lo más pronto posible.
"Nos duele que se haya roto la tregua. Eso significa muerte, destrucción, miseria", lamentó, en un texto leído en italiano por uno de sus asistentes tras la tradicional oración del Ángelus.
La tregua, negociada por Catar con ayuda de Estados Unidos y Egipto, entró en vigor el 24 de noviembre, tras más de un mes de guerra, y expiró el viernes, cuando el ejército israelí reanudó sus bombardeos en la Franja de Gaza.
El cuerpo armado afirma haber lanzado más de 400 ataques contra el estrecho territorio desde el viernes.
Según Hamás, que gobierna el enclave desde 2017, al menos 240 personas han muerto en estos ataques y 650 han resultado heridos.
De acuerdo con Naciones Unidas, 1.7 millones de gazatíes, más de dos tercios de la población, abandonaron sus hogares por la guerra, desencadenada el 7 de octubre tras el ataque de Hamás en el sur de Israel.
Los milicianos islamistas mataron ese día a 1,200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron, junto a otros grupos armados, a unas 240 personas, según las autoridades israelíes.