"La intensidad de la violencia y de la represión no se ha visto desde hace años", añadió.
El informe pide el cese inmediato del uso de armas y medios militares en las operaciones de mantenimiento del orden, así como el fin de las detenciones arbitrarias y los malos tratos infligidos a los palestinos, así como el levantamiento de las restricciones de movimiento discriminatorias.
El informe está dedicado a la situación de los derechos humanos en Cisjordania ocupada y en Jerusalén Este entre el 7 de octubre, fecha de la sangrienta ofensiva de Hamas en Israel, y el 20 de noviembre.
La oficina de derechos humanos de la ONU indicó que entre el 7 de octubre y el 27 de diciembre murieron en Cisjordania ocupada y Jerusalén Este 300 palestinos, entre ellos 79 niños.
De esos 300 palestinos, "las fuerzas de seguridad israelíes mataron al menos 291 y los colonos ocho", indicó la fuente, que no pudo determinar si la muerte de una víctima fue responsabilidad del ejército o de los colonos.
Entre el 1 de enero de 2023 y el 7 de octubre, antes del inicio de la guerra de la Franja de Gaza, las fuerzas israelíes habían matado a 200 palestinos.
Según el ministerio de Salud de la administración de Hamás, desde el 7 de octubre, los bombardeos y ataques israelíes causaron 21,110 muertos en la Franja de Gaza, entre ellos 6,300 mujeres y 8,800 niños.
En Israel, el ataque había causado alrededor de 1,140 muertos israelíes, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP realizado a partir de las últimas cifras oficiales israelíes.
Hamas secuestró a unas 250 personas, 129 de las cuales siguen detenidas en Gaza, según Israel, que juró "destruir" el movimiento islamista palestino, en el poder desde 2007 en la Franja de Gaza, en represalia por su ataque sin precedentes.