"Esta noche, nuestro corazón está en Belén, donde el Príncipe de la Paz es rechazado una vez más por la lógica inútil de la guerra, por el choque de las armas que aún hoy le impide encontrar espacio en el mundo", afirmó.
Jesús "no combate las injusticias desde lo alto con la fuerza, sino desde abajo con el amor; no irrumpe con un poder sin límites, sino que desciende a nuestros límites", declaró el papa, que habló en italiano con una traducción oficial proporcionada en siete idiomas.
La homilía de Francisco no mencionó explícitamente a Israel ni a Gaza, pero el pontífice recordó en su rezo del Ángelus al mediodía a los "hermanos y hermanas que sufren la guerra". "Pensemos en Palestina, en Israel y en Ucrania", declaró.
El pontífice, de 87 años, habló horas después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, prometiera luchar más profundamente en el enclave palestino de Gaza después de que sus tropas sufrieran uno de los peores días de pérdidas de su guerra terrestre.
Y en la ciudad donde nació Jesús, la ministra palestina de Turismo, Rula Ma'ayah, dijo: "Belén celebra la Navidad con tristeza y dolor por lo que está ocurriendo en Gaza y en toda Cisjordania, en todos los territorios palestinos".
En la misa papal celebrada ante 6,500 personas en la Basílica de San Pedro y más espectadores en las pantallas de la plaza exterior, Francisco dijo que el verdadero mensaje de la Navidad es la paz y el amor, instando a la gente a no obsesionarse con el éxito mundano y la "idolatría del consumismo".