Golpeado por olas de calor extremo, Chile enfrenta los incendios forestales más mortíferos de su historia reciente, con al menos 99 fallecidos, un número que según las autoridades irá en aumento.
Esto es lo que se sabe hasta el momento:
Golpeado por olas de calor extremo, Chile enfrenta los incendios forestales más mortíferos de su historia reciente, con al menos 99 fallecidos, un número que según las autoridades irá en aumento.
Esto es lo que se sabe hasta el momento:
En pleno verano austral, desde la semana pasada se han registrados olas de calor de 40ºC. El viernes, incendios simultáneos se batieron sobre los cerros de Viña del Mar y otras zonas de la región de Valparaíso, principalmente, unos 120 kilómetros al noroeste de la capital Santiago.
El fuego se multiplicó y propagó por el viento, explicó Miguel Castillo, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile.
Cuando la vegetación o la basura hacen combustión, se genera aire caliente liviano "que eleva partículas encendidas o pavesas que viajan centenares de metros provocando focos satélites" de fuego, explica el académico.
Oleadas de temperaturas máximas más el viento son una combinación "nefasta": las llamas se aceleran "en pendiente y a favor del viento", lo que las torna más letales.
Hasta las 22H00 locales del sábado, 37 incendios forestales estaban en combate, mientras que 46 se habían controlado.
El fuego alcanzó zonas densamente pobladas de Viña de Mar, principalmente. En solo un punto, Villa Independencia, hubo 19 muertos.
Allí y otros sectores se han hacinado familias en construcciones livianas, incluso en terrenos donde estaba planificado levantar cortafuegos, según coinciden autoridades y expertos.
Materiales livianos como la madera, que abunda en ese tipo de viviendas, obran como combustible y terminan ganándole al zinc y fibrocemento, ignífugos (anticombustible).
Las llamas corrieron por entre las estrechas calles de los cerros haciendo explotar hileras de autos estacionados frente a las viviendas, según relataron sobrevivientes.
Ahora se evalúa si, pese a los avisos de desalojo enviados oportunamente a través de celulares, personas no quisieron evacuar.
"Se dieron las alarmas, pero la evacuación al parecer no funcionó (...). Se pone mucho énfasis en los combates, pero no tanto en la prevención (...) y yo creo que esa es una carencia", opina Horacio Gilabert, del Centro Cambio Global de la Universidad Católica de Chile.
"Se está investigando la eventual intencionalidad de estos incendios", señaló el sábado el presidente Gabriel Boric.
Según la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el 99.7% de las quemas se originan intencionalmente o por imprudencia.
En la actual emergencia, se "sucedieron focos simultáneos y eso es totalmente anormal", apunta el profesor Castillo.
Ante las cada vez más frecuentes emergencias por incendios, la "intencionalidad ha ido en aumento sostenido", pese a que la ley castiga hasta con 20 años de cárcel a los responsables dolosos de incendios, que rara vez son aprehendidos en flagrancia.
En caso de quemas involuntarias, la pena es hasta de cinco años.
En esta parte del territorio americano, el fenómeno natural y cíclico de El Niño se ha tornado más intenso y frecuente por el calentamiento global provocado por la actividad humana, según científicos. Dicho fenómeno eleva la temperatura del océano Pacífico generando sequías o inundaciones.
"Un cambio de sólo unos pocos grados en el Pacífico Tropical puede marcar la diferencia entre una temporada de incendios forestales relativamente leve y una catástrofe generalizada", explica el climatólogo Raúl Cordero en un estudio publicado recientemente en Scientific Reports, de la editorial Nature.
Chile atravesó el año pasado por un atípico período de lluvias en medio de una sequía prolongada, lo que hizo crecer matorrales que terminan siendo depósitos de combustible.
Apoyados por 31 helicópteros y aviones con una importante capacidad de descarga (de refrigerante y agua), unos 1.400 bomberos, 1.300 militares y voluntarios combaten las llamas.
El presidente Boric, que en casi dos años de gobierno ha incrementado en un 47% el presupuesto para la prevención y combate de incendios, decretó el estado de excepción por catástrofe para movilizar la mayor cantidad de recursos.
En sectores de Valparaíso ha dispuesto el toque de queda por horas para liberar las rutas para el paso de los vehículos de emergencia, o facilitar la evacuación.
No obstante estas acciones, Chile está en mora de revisar y modernizar su estrategia frente a catástrofes de esta magnitud.
No tenemos equipos "de combate aéreo nocturno (...). Por lo tanto, la probabilidad de que todo el trabajo que se ha hecho durante el día se pierda durante la noche es cada vez más alta", dijo Michel De L'Herbe, experto en gestión de emergencias, a radio Cooperativa.