Mientras en el plano interno, profundizaba el modelo neoliberal y frenaba las reformas sociales iniciadas por Bachelet.
"Es difícil gobernar, pero eso no es razón para renunciar a hacer todo lo posible por ser un buen gobierno", dijo al diario El Mercurio en junio 2019.
El estallido social
Pero sus ambiciones se fueron al sumidero el 18 de octubre de 2019, cuando tras días de protestas de estudiantes por el alza en el pasaje del metro de Santiago, se inició la mayor revuelta social en décadas en el país, que dejó 34 muertos y cientos de heridos, muchos de ellos jóvenes a los que los carabineros dispararon con balas de goma, por lo que perdieron los ojos.
"Al siguiente día del estallido social se acabó el gobierno de Piñera en términos políticos, de influencia", dijo en 2021 a la AFP el analista electoral chileno y director de la agencia Tuinfluyes.com, Axel Callis.
Esa revuelta ciudadana pasó de la calle a la institucionalidad a través de un acuerdo político para llamar a un plebiscito para que la ciudadanía decidiera sobre la redacción de una nueva Constitución. El proceso fracasó en dos ocasiones y la Carta Magna redactada durante la dictadura pinochetista continúa vigente
El también piloto de helicópteros volvió con la promesa de "tiempos mejores", pero la volatilidad global, sumado a una debilidad en el precio y la producción de cobre nublaron sus intenciones.
También enfrentó la pandemia de COVID-19 en su segundo mandato, lo que le generó primero con muchas críticas por los bajos montos en ayuda para las personas en un primero momento, lo que también sumó descontento por parte de la población.
Pero luego, su manejo de las políticas oficiales de vacunación convirtieron a Chile en uno de los países modelo en el manejo de la situación sanitaria de la enfermedad.
Escándalos de corrupción
Piñera no pudo disipar las dudas sobre su pasado como hombre de negocios, multado por reguladores, denuncias de uso de información privilegiada y vinculado directa o indirectamente a otros escándalos. Pero siempre negó haber actuado indebidamente.
Sobre un escándalo por préstamos irregulares de un banco que dirigía en la década de 1980 aseguró antes de ganar su primera presidencia que fue "víctima de una acto injusto, ilegal y arbitrario". Por ese caso fue condenado por la justicia y se mantuvo prófugo por algunos días.
La publicación de los Papeles de Pandora sobre la venta de la Minera Dominga en 2010 por parte de una empresa de sus hijos volvieron a empañar su imagen.
Este caso llevó a la fiscalía a abrirle una investigación penal y a la oposición a presentar una acusación en el Parlamento, donde fue hallado inocente por un margen ajustado.
En una oportunidad reconoció que le hubiese gustado ser reconocido de mejor forma, pero siempre confió que sus logros hablarían por sí mismos.
"El tiempo no es nuestro aliado, va a ser nuestro juez", dijo en un discurso ante el Congreso en 2011.