Las inundaciones en Brasil dejan al menos 90 muertos y a cientos de damnificados
Las labores de rescate para evacuar a las personas atrapadas continúan en la región de Rio Grande do Sul, la más afectada por las lluvias del fin de semana.
Los equipos de rescate se apresuraban el martes en evacuar a las personas atrapadas por las devastadoras inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, donde se reportaban 90 muertos y supervivientes desesperados en busca de alimentos y suministros básicos.
Las inundaciones han dificultado las labores de rescate, y docenas de personas siguen esperando ser evacuadas en botes o helicóptero de las casas afectadas. Pequeñas embarcaciones recorren la ciudad inundada en busca de supervivientes.
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La agencia estatal de Defensa Civil dijo que el número de víctimas mortales había aumentado a 90 y que se estaban investigando otras cuatro muertes, mientras que 131 personas seguían en paradero desconocido y 155,000 se habían quedado sin hogar.
En las afueras de Eldorado do Sul, a 17 kilómetros de Porto Alegre, la capital del estado, muchas de las personas que abandonaron sus hogares dormían al borde de la carretera y dijeron a Reuters que estaban pasando hambre. Familias enteras se marchaban a pie, llevando sus pertenencias en mochilas y carritos de la compra.
"Llevamos tres días sin comer y acabamos de conseguir esta manta. Estoy con gente que ni siquiera conozco, no sé dónde está mi familia", dijo un joven llamado Ricardo Junior.
Sin agua ni electricidad
Cargamentos de ayudas y donaciones provenientes de todo el país llegaban este martes a la urbe sureña, donde "la demanda más urgente es el agua", destacó en rueda de prensa Sabrina Ribas, de Defensa Civil.
"Estoy al límite. Dios me libre de quedarme sin agua", dijo a la AFP Elizabeth, una mujer de 67 años que no reveló su apellido, mientras cargaba dos baldes de 5 litros en uno de los pocos grifos disponibles en la ciudad de Alvorada, al oeste de Porto Alegre.
Solo una de las seis plantas de tratamiento de aguas está funcionando, y los hospitales y refugios son abastecidos con camiones cisterna, informó la alcaldía de la capital, donde rige un decreto de racionamiento de agua.
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"No hay previsión de normalización del sistema", informó el municipio.
Las autoridades intentan garantizar, además, el abastecimiento en otras localidades gravemente impactadas.
Casi medio millón de personas se quedaron sin electricidad en Porto Alegre y las ciudades periféricas, ya que las compañías eléctricas cortaron el suministro por motivos de seguridad en los barrios inundados. El operador de la red nacional, ONS, dijo que cinco presas hidroeléctricas y líneas de transmisión habían quedado fuera de servicio debido a las fuertes lluvias.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva declaró en un programa de televisión gubernamental que la magnitud de los daños no se conocerá hasta que bajen las aguas. Prometió ayuda federal para el estado en lo que se considera el peor desastre climático de su historia.
Los economistas de JP Morgan prevén que el impacto de las inundaciones en la economía brasileña sea un modesto descenso del crecimiento del PIB y un aumento marginal de la inflación, debido principalmente a la subida de los precios del arroz, que se produce en gran parte en Rio Grande do Sul.
Ayuda de otros países
La logística de agua y víveres es incesante, con "helicópteros que van y vienen para atender especialmente a municipios colapsados, mientras se trabaja intensamente en la liberación de vías", detalló Ribas.
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El presidente informó que los "fondos de emergencia comenzarán a ser liberado" este martes para "los primeros socorros", en su programa transmitido por redes sociales.
Unos 15,000 militares, bomberos, policías y voluntarios trabajan para rescatar a las víctimas en aeronaves, embarcaciones y vehículos de todo tipo.
Países como Uruguay y Argentina han aportado o puesto a disposición equipamiento para rescate y personal especializado.
Más lluvias pronosticadas
En medio de escenas de destrucción, los pronósticos meteorológicos indican que la situación aún podría empeorar.
El Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) alertó por tempestades de "gran peligro" en el extremo sur del estado hasta el miércoles, con lluvias de más de 100 mm, vientos y posiblemente granizo.
Además, se esperan precipitaciones en el centro y norte del estado, que hacia el viernes y sábado podrían incrementarse y "perjudicar los trabajos de rescate", dijo la meteoróloga Catia Valente en la rueda de prensa de Defensa Civil.
El río Guaíba, en medio de la capital y su zona metropolitana, continuaba este martes en un nivel histórico de 5.27 metros.
Imágenes satelitales registradas el lunes y divulgadas por el sitio especializado MetSul ilustraron la dimensión de la catástrofe.
"La inundación cambió el mapa de la región metropolitana" de Porto Alegre, describió MetSul.
El cauce del río Jacuí, uno de los mayores del estado y cuyas aguas llegan hasta el Guaíba, se extendió de forma "increíble", señaló.
En tanto, los ríos Tacuarí y Caí, que registraron máximas sin precedentes, están "disminuyendo en forma continua".
Pero la bajada en el valle del Tacuarí, una de las zonas más afectadas, ha revelado el daño: casas inhabitables, calles cubiertas de barro y vehículos volcados por doquier, mostraron imágenes en medios locales.