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El ‘agujero azul’ más profundo del mundo está en México (y sus misterios)

A diferencia de la vasta literatura que hay sobre los cenotes en la Península de Yucatán, no hay mucha referencia alrededor de los ‘agujeros azules’ de la región.
lun 06 mayo 2024 06:07 AM
El agujero azul de la península de Yucatán
La Península de Yucatán, donde se encuentra la Bahía de Chetumal, se caracteriza por el desarrollo de manantiales subterráneos, un complejo sistema de lagunas y cenotes relacionados con el impacto del meteorito Chicxulub hace 65 millones de años.

Nadie se imaginaba que aquella persecución tendría un fin inesperado. Jesús Artemio, un pescador de Calderitas, una pequeña comunidad ubicada en la rivera de la Bahía de Chetumal, perseguía una chema (también conocido como mero), un pez que puede llegar a alcanzar más de un metro de longitud, pesar más de 40 kilos y cuyo hábitat son las zonas rocosas de aguas tropicales, con cuevas marinas. De pronto, la chema se refugió, la pesca fracasó, pero el pescador se percató que en el fondo del mar había algo. Fue así que regresó a tierra y, a partir de entonces, se intensificó una expedición que culminó con el descubrimiento de lo que hoy es conocido como el ‘agujero azul’ más profundo del planeta.

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La Península de Yucatán, donde se encuentra la Bahía de Chetumal, se caracteriza por el desarrollo de manantiales subterráneos, un complejo sistema de lagunas y cenotes relacionados con el impacto del meteorito Chicxulub hace 65 millones de años. En esa zona, también, hay ‘agujeros azules’, que son cuevas submarinas que se distinguen por el contraste entre el azul de las aguas profundas y la claridad de las aguas de la superficie. Un ‘agujero azul’ es, entonces, un mundo distinto para nosotros.

En otras regiones es posible encontrar ‘agujeros azules’. Entre los más profundos se encuentran el ‘Dean’s Blue Hole’ de las Bahamas, el ‘Agujero Azul’ de Dahab en Egipto, el ‘Gran Agujero Azul’ de Belice, pero el que superaba todas las marcas estaba en China: el ‘Sansha Yongle Blue Hole’ con 303 metros de profundidad.

Lo que observó Jesús Artemio Poot Villa cambió la historia. En 2021, los investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) y del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), Juan Carlos Alcérraca Huerta, Oscar Reyes Mendoza, Joan Sánchez-Sánchez, Teresa Álvarez-Legorreta y Laura Carrillo Bibriezca, realizaron una expedición a la ubicación de un ‘agujero azul’ de profundidad desconocida.

A diferencia de la vasta literatura que hay sobre los cenotes en la Península de Yucatán, no hay mucha referencia alrededor de los ‘agujeros azules’ de la región. En realidad, los estudios en torno de la Bahía de Chetumal datan de 2006. Al paso de los años, los lugareños hablaban de ‘pozas’ en la zona, pero no se tenía conocimiento de que hubiera algo extraordinario. Fue hasta 2021 cuando los investigadores arrancaron la expedición y para 2023 estuvieron en condiciones de declarar que estábamos frente a un ‘agujero azul’ con 274 metros de profundidad, bautizado como ‘Taam ja’. Pero su intuición les decía que éste era mucho más profundo. Así, adquiriendo equipo mediante facilidades de pago, descubrieron que su intuición era correcta, y el 29 abril de 2024 anunciaron que México hoy cuenta con el ‘agujero azul’ más profundo del mundo con una marca de más de 420 metros .

“Hay que imaginarnos un sistema más confinado, como si fuera un gran vaso que, por su profundidad, pudiera tener incluso agua del pasado, con el tipo de vida condicionada a la falta de luz, con muy poco oxígeno, un sistema de circulación diferente, que tiene conexiones con otras aguas subterráneas. Por la profundidad y la falta de luz pudiera albergar organismos bastante viejos, lo que podría darnos la oportunidad de entender el origen de la vida”, explica Laura Carrillo, Oceanógrafa Física Investigadora en ECOSUR.

‘Taam ja’, de acuerdo con los hallazgos más recientes, tiene una forma de cavernas y, a diferencia del resto de la comunidad de ‘agujeros azules’, es el único ubicado en un estuario, lo que abre la ventana a más investigación y a un mundo por descubrir.

La Península Yucatán es un atractivo turístico, lo que significa que este nuevo hallazgo puede detonar más visitas a la región. ‘Taam ja’ nos puede hablar del pasado, qué alberga desde su creación, qué nos dicen los microorganismos que han vivido ahí por mucho tiempo, pero también nos puede decir qué está pasando en la zona con el cambio climático.

“Conocemos muy poco realmente de la Península de Yucatán, sabemos que hay un sistema de fallas y sistemas asociados a la caída del meteorito, pero es importante conocer cómo es la geología del lugar, sobre todo pensando en términos de desarrollo”, añade Laura Carrillo.

El ‘agujero azul’ más profundo del mundo está en México

La ciencia, desafortunadamente, nunca ha estado en el centro de ningún plan nacional, tampoco no hay política pública que la fomente, pero este suceso nos debería dar paso a repensar nuestra relación con todos los fenómenos alrededor de ésta.

De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los ‘agujeros azules’ proporcionan oportunidades únicas para la investigación científica en una variedad de campos, incluyendo la oceanografía, la geología marina, la ecología submarina y la biología marina; estudiarlos puede ayudar a comprender mejor los ecosistemas marinos, la historia geológica de la Tierra y los efectos del cambio climático en los océanos.

Por otro lado, los ‘agujeros azules’ ubicados en estuarios pueden desempeñar un papel importante en la protección de las costas al reducir la fuerza de las olas y las corrientes, ayudando a prevenir la erosión costera y protegiendo las áreas costeras vulnerables de los efectos del aumento del nivel del mar y las tormentas.

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“Es fundamental seguir investigando e implementando tecnologías de navegación submarina para descifrar su profundidad máxima y las posibilidades de formar parte de un sistema interconectado de cuevas y túneles”, afirman los investigadores en un artículo publicado en Frontiers . “Descubrir los desafíos y misterios ocultos en ‘Taam ja’ insta a una mayor exploración, seguimiento e investigación científica”.

Esta historia no termina aquí. Se cree que ‘Taam ja’ es aún más profundo pero, para que eso se confirme, es necesario disponer de financiamiento que permita contar con mejor equipo para continuar con las exploraciones. Por lo pronto, muchas son las interrogantes sin respuesta: después de los 400 metros de profundidad, con las actuales investigaciones se encontró que las características del agua eran muy similares a las registradas en el Mar Caribe, lo que anima a pensar que hay una conexión en las profundidades del mar entre la Bahía de Chetumal y el Caribe mexicano; también, sigue siendo un misterio qué tan antiguas son las bacterias que se encuentran ahí en el fondo y qué tipo de microorganismos existen.

Frente a esta historia, bien vale la pena considerar que un país que invierte en la ciencia, de alguna manera, puede asegurarse un mejor futuro.

Agujero azul de méxico
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los ‘agujeros azules’ proporcionan oportunidades únicas para la investigación científica en una variedad de campos.

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El ‘Sansha Yongle Blue Hole’ de China, antes del hallazgo en la Península de Yucatán, era el ‘agujero azul’ más profundo del mundo. Hoy, las investigaciones en éste continúan con el apoyo de una embarcación completamente equipada, el uso de submarinos, un laboratorio y mucho más.

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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