La operación lanzada en respuesta por Israel en Gaza ha dejado hasta ahora más de 37,000 muertos, según el Ministerio de Salud del gobierno de Gaza, dirigido por Hamás.
Respecto al 7 de octubre, la comisión acusó a los grupos armados palestinos de haber cometido diversos crímenes de guerra, incluidos ataques contra civiles, asesinatos y actos de tortura.
También identificó "esquemas de violencia sexual", dirigidos en particular a mujeres israelíes, y concluyó que no se trataba de incidentes aislados.
Sobre la ofensiva israelí en Gaza, la comisión afirmó que las autoridades israelíes son "responsables de crímenes de guerra", y citó, entre otras cosas, el uso del hambre como arma de guerra, los ataques dirigidos intencionalmente contra civiles, la violencia sexual, la tortura y los traslados forzosos.
En Cisjordania, la comisión constató que las tropas israelíes "cometieron actos de violencia sexual, tortura, tratos inhumanos o crueles y atentados contra la dignidad personal, que constituyen todos crímenes de guerra". Afirmó también que el gobierno y las tropas israelíes "permitieron, alentaron e incitaron una campaña de violencia por parte de los colonos".
El informe también señaló declaraciones de funcionarios israelíes —"incluidas aquellas que reflejan la política de infligir una destrucción generalizada y matar a un gran número de civiles”— que pueden constituir crímenes internacionales graves, como la incitación al genocidio, a la discriminación y a la violencia.