Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, afinan los últimos detalles antes de su primer debate, que se celebrará este martes 10 de septiembre en el Centro Nacional de la Constitución de Filadelfia, Pensilvania y será transmitido por la cadena ABC.
El lugar del debate no fue elegido al azar. Pensilvania es uno de los siete estados columpio que definirán al ganador de las elecciones.
La vicepresidenta y el expresidente republicano nunca se han visto en persona. Pelean a distancia desde que la demócrata irrumpió con fuerza en la carrera electoral, tras la retirada del presidente Joe Biden el 21 de julio. Y quizás, se la única que se vean las caras, pues no hay previsto otro debate previo a las elecciones del 5 de noviembre.
Por eso, la importancia de este debate para inclinar la balanza de un lado un otro es enorme, más cuando ambos están técnicamente empatados en la mayoría de los estados más disputados.
Kamala Harris tiene poca experiencia en los debates. En 2019, tuvo un desempeño irregular en los careos con los otros aspirantes a la candidatura demócrata a la presidencia. Un año después, ya como candidata a la vicepresidencia, se enfrentó al republicano Mike Pence, en un debate poco memorable en comparación con los agresivos intercambios por la presidencia.
Del otro lado, Donald Trump tiene mucha más experiencia. Debatió con Joe Biden dos veces en 2020, y nuevamente lo hizo en junio de 2024, en un encuentro que será recordado más por la pésima presentación que hizo el demócrata que por lo que Trump hizo o dejó de hacer.
Trump incluso tiene experiencia debatiendo con una candidata a la presidencia, pues en 2016 tuvo tres enfrentamientos con la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, que se caracterizaron más por las descalificaciones que por los argumentos.
“En nuestros tres debates de 2016, dio rienda suelta a un torbellino de interrupciones, insultos y mentiras que abrumó a los moderadores y perjudicó a los millones de votantes que querían conocer nuestras visiones para el país”, escribió Clinton en un artículo para The New York Times, publicado en junio de este año.
Los debates con Clinton fueron de gran ayuda para definir el estilo de Donald Trump y prever como sería su presidencia.
La entrenadora de Clinton para sus debates ante Trump, Karen Dunn, también está ayudando a la vicepresidenta Harris en su preparación.
“Ella no debe ser mordida, debe morderlo. Él puede ser sacudido. No sabe como responder a los ataques directos”, dijo Clinton en una entrevista con el Times sobre los consejos que puede darle a Harris, de quien es cercana, para debatir con su viejo rival.
Estos son algunos de los momentos claves de los debates de Donald Trump contra Hilary Clinton.
El primer debate entre Hillary Clinton y Donald Trump fue ampliamente anticipado. Se celebró en la Universidad Hofstra, en las afueras de la ciudad de Nueva York, el 26 de septiembre de 2016.
Trump defendió su historial contra las acusaciones de racismo, sexismo y evasión fiscal que pesaban en su contra entonces. Tanto Clinton como el moderador del debate, Lester Holt, presionaron al republicano durante gran parte de los 90 minutos del encuentro.
“Todo son palabras, todo son fragmentos de sonido”, dijo Trump, incómodo ante las acusaciones directas.
Clinton aprovechó este tipo de respuestas vacilantes para mostrar mucho más segura y preparada que su rival. "Las palabras importan cuando uno se postula para presidente, y realmente importan cuando uno es presidente", dijo la exsecretaria de Estado.
"Creo que Donald acaba de criticarme por prepararme para este debate. Y sí, lo hice. ¿Sabes qué más hice? Me preparé para ser presidenta", agregó.
Trump atacó la idoneidad de Clinton como presidenta en términos directos. "Ella no tiene la apariencia ni la resistencia", dijo. “He estado por todos lados. Decidiste quedarte en casa”, añadió.
Pero después de recitar su historial de visitas a 112 países en cuatro años como secretaria de Estado, Clinton respondió: “Cuando Donald Trump pasa 11 horas realizando pruebas frente a un comité del Congreso, puede hablarme sobre la resistencia”.
Al principio, Trump parecía estar intentando frenar su tendencia más agresiva. Sine embargo rápidamente se agitó, interrumpiendo repetidamente a Clinton y a menudo gritándole mientras intentaba responder a las preguntas.
Este fue, hasta entonces, el debate más visto de la historia de Estados Unidos, con 84 millones de personas sintonizándolo. El recuento no incluyó a los estadounidenses que vieron el debate del lunes en Internet o en dispositivos móviles. Tampoco incluyó a los espectadores de C-Span, que no está calificado por Nielsen.
De acuerdo con una encuesta de Gallup, publicada el 30 de septiembre de 2016, Clitnon ganó el debate por un margen de 34 puntos.
El segundo debate entre Clinton y Trump, celebrado el 9 de octubre de 2016, fue particularmente hostil.
Luego de conocerse un video en el que se escucha a Trump alardear de que su fama le permitía manosear mujeres. Después de varias repreguntas de parte de uno de los dos moderadores, Anderson Cooper, finalmente Trump negó haber hecho cualquiera de las cosas de las cuales alardea en el video.
El multimillonario republicano incluso atacó al esposo de su oponente, el expresidente Bill Clinton, y lo acusó de ser "muy abusivo con las mujeres".
"Si miras a Bill Clinton, lo suyo es mucho peor. Lo mío son palabras y lo de él fueron acciones”, dijo Trump.
"Es increíblemente bueno que alguien con el temperamento de Donald Trump no esté a cargo de la ley en nuestro país", dijo Hillary Clinton.
A lo que Trump respondió: "Porque estarías en la cárcel”, en referencia a un escándalo que persiguió a Clinton por años. La exprimera dama fue acusada se usar su correo personal para tratar temas oficiales cuando fue la jefa de la diplomacia estadounidense.
Al igual que había hecho en el primero, Clinton dijo que se hacía responsable de su error y que, después de investigar, el FBI descartó presentar cargos contra ella.
Trump prometió crear una fiscalía especial para investigar estos caso si llegaba a la Casa Blanca, algo que no cumplió.
En su último encuentro previo a las elecciones del 8 de noviembre de 2016, los candidatos enfrentaron sus puntos de vista sobre cuestiones tan divisivas como el derecho al aborto y la inmigración.
Los dos candidatos discreparon sobre si aceptarían los resultados de las elecciones. Trump dijo que adoptaría una actitud de espera y ver qué pasa, algo que Clinton calificó de “horripilante”.
Sobre el aborto, Trump dijo en el debate celebrado el 19 de octubre de 2026 en la Universidad de Nevada, que se la Corte Suprema anulara la sentencia Row v Wade, que permitía la interrupción del embarazo hasta que el producto fuera viable, la decisión regresaría a los estados.
Clinton dijo que defendería Roe v. Wade y yo defendería los derechos de las mujeres para tomar sus propias decisiones de atención médica.
En el tema migratorio, uno de sus favortios, Trump dijo que quería fortalecer la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México y "mantener las drogas fuera de nuestro país".
"Uno de mis primeros actos será conseguir a todos los capos de la droga, a todos los malos, tenemos algunas personas malas, malas en este país que tienen que salir", dijo Trump.
"Vamos a sacarlos, asegurar la frontera, y una vez que la frontera esté asegurada en una fecha posterior, tomaremos una determinación en cuanto al resto", continuó Trump, quien parecía referirse a inmigrantes indocumentados que no han cometido delitos.
Luego, en una retórica que fue rápidamente criticada en las redes sociales por sus matices racistas, Trump agregó: "Pero tenemos algunos ‘Bad hombres’ aquí y vamos a sacarlos”.
También reprochó a Clinton que el gobierno del presidente Barack Obama deportó a miles de personas y aseguró que era un tema del que los demócratas no quería hablar.
Sin embargo, esto no impidió que el debate también tuviera momentos desagradables. Trump llamó a Clinton una “mujer asquerosa” y dijo que las mujeres que lo acusaban de acoso sexual solo buscaban atención.
Clinton estuvo especialmente a la defensiva en este último debate. Unos días antes, Wikileaks publicó la filtración de los correos de John Podesta, su jefe de campaña.
Con información de AFP
