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¿Por qué Israel está atacando a Líbano?

Israel ha cambiado sus objetivos de guerra para centrarse en la organización chiita Hezbolá, que recibe apoyo de Irán.
mié 25 septiembre 2024 12:30 PM
El humo se extiende sobre el sur del Líbano después de un ataque israelí, en medio de las actuales hostilidades transfronterizas entre Hezbolá y las fuerzas israelíes, como se ve desde Tiro, Líbano, el 25 de septiembre de 2024.
El ejército israelí ha llevado a cabo en la última semana los ataques aéreos más intensos de la guerra, dirigidos contra dirigentes de Hezbolá y centenares de objetivos en el interior de Líbano.

Israel, sin dejar su guerra en la Franja de Gaza, está concentrando ahora sus operaciones en un nuevo frente: Líbano, específicamente contra la organización Hezbolá, un grupo político y militar con amplia presencia en este país de Medio Oriente.

Los bombardeos israelíes de la última semana ya han dejado cientos de muertos y han provocado el desplazamiento de miles de personas en el interior de Líbano.

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Esto es lo que está pasando.

Mapa de Líbano e Israel

Líbano e Israel comparten una frontera, que corresponde al sur de Líbano y al Norte de Israel. Como Líbano no reconoce a Israel como un Estado, no hay un acuerdo fronterizo entre ambos país. Esta fue trazada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000 tras la salida de las tropas israelíes que ocuparon el sur de Líbano desde 1973. Se conoce como la Línea Azul, aunque Líbano no la reconoce como un límite.

¿Qué está pasando en Líbano?

El ejército israelí ha llevado a cabo en la última semana los ataques aéreos más intensos de la guerra, dirigidos contra dirigentes de Hezbolá y centenares de objetivos en el interior de Líbano, que han causado más de 500 muertos y más de 1,800 heridos.

Solo el lunes, murieron 550 personas por los bombardeos, se trata del número más alto e bajas en un día desde el final de la Guerra Civil del Líbano (1975-1990).

De acuerdo con la Organización Internacional de Migración (OIM), 90,000 personas han sido desplazadas de sus hogares solo en los últimos días, aunque 110,000 han tenido que salir de las zonas de conflicto desde el 7 de octubre.

El martes, un ataque en Beirut mató a Ibrahim Qubaisi, alto comandante de Hezbolá, que dirigía la fuerza de misiles y cohetes del grupo.

Israel amplió el miércoles sus ataques aéreos en Líbano y derribó un misil que el grupo armado Hezbolá disparó contra Tel Aviv, intensificando aún más el conflicto entre los dos enemigos.

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Hezbolá afirmó haber apuntado a la sede de la agencia de espionaje Mossad en Tel Aviv, la capital económica de Israel, con lo que describió como un misil balístico. El portavoz del ejército israelí, Nadav Shoshani, dijo que no podía confirmar cuál era el objetivo de Hezbolá cuando disparó el misil desde un pueblo del Líbano.

"El resultado fue un misil pesado, que iba hacia Tel Aviv, hacia zonas civiles de Tel Aviv. La sede del Mossad no está en esa zona", dijo.

Hezbolá acusa a la Mossad de la muerte de sus dirigentes. También ha acusado a la agencia de espionaje de llevar a cabo una operación la semana pasada en la que explotaron dispositivos buscapersonas y radios de miembros de Hezbolá que llevaban trampas explosivas, matando a 39 personas e hiriendo a casi 3,000. Israel no ha confirmado ni negado su implicación.

Mientras tanto, los líderes mundiales expresaron su preocupación por el rápido recrudecimiento del conflicto, paralelo a la guerra de Israel en Gaza contra Hamás, a medida que aumentaba el número de muertos en Líbano.

¿Qué dice Israel?

Los combates, previamente esporádicos, se intensificaron el 8 de octubre de 2023, un día después del ataque sin precedentes de grupo islamista Hamás contra Israel, que provocó la muerte de 1,205 personas, en su mayoría civiles.

Israel tomó represalias contra la Franja de Gaza, territorio gobernado por Hamás desde 2007, con una serie de ataque que han provocado, hasta el momento, la muerte de más de 40,000 personas.

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Hezbolá disparó a posiciones israelíes, en solidaridad con los palestinos.

Desde entonces, el grupo ha lanzado más de 8,000 cohetes en el norte de Israel y en los Altos del Golán, ocupados por Israel. También ha disparado misiles antitanque contra vehículos blindados y ha atacado objetivos militares con drones explosivos.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han tomado represalias con ataques aéreos y fuego de tanques y artillería contra las posiciones de Hezbolá en el Líbano.

Israel le ha ordenado a los militantes de Hamás que se posiciones más allá del Río Litani en Líbano, para que miles de Israelíes puede regresar al norte del país. Por casi un año, más de 67,000 personas ha sido desplazadas en Israel y han permanecido en campamentos en hoteles.

Líderes locales y políticos de oposición en Israel han reclamado que el gobierno del primer ministro Benjamin Netayahu no ha hecho lo suficiente para ayudarles.

“No le importamos”, dijo Moshe Daviddovich. Jefe del consejo regional y presidente del Foro de la Zona de Conflicto, que representa a los residentes desplazados, a la radio local en agosto, de acuerdo con el periódico Washington Post.

Para muchos políticos era obvio que el gobierno de Netanyahu debería tomar acciones más contundentes contra Hezbolá, un grupo político y militar apoyado por Irán.

“Este escalada era solo una cuestión de tiempo desde la perspectiva israelí”, dijo Yohanan Plesner, presidente del Instituto de Democracia de Israel (IDI) al diario estadounidense. “La amplia mayoría de los israelíes entones que la situación es insostenible”.

De acuerdo con una encuesta del IDI publicada en agosto, un 67% de los israelíes judiaos creen que el país debería responder de manera más agresiva a los ataques de Hezbolá, son un 47% que apoyaría “un asalto en lo profundo de Líbano que incluya atacar su infraestructura”.

Israel anunció la semana pasada que añadió el regreso seguro de sus ciudadanos a sus hogares cerca de la frontera con Líbano a sus objetivos de guerra formales.

Aunque esto puede conducir a Israel a otro conflicto con el de la Franja de Gaza, con las negociaciones empantanadas y sin un fin claro a la vista, con todos los costos humanos y económicos que esto implica, también puede traerle algunos beneficios políticos a Netanyahu, de acuerdo con el Post.

“Si bien esos riesgos permanecen, hay ventajas políticas que se pueden obtener al actuar ahora, dijeron los observadores: comprar más tiempo para reconstruir la reputación abollada de Netanyahu, retrasar una posible comisión de investigación posterior al 7 de octubre y alejar la atención pública de la guerra en Gaza y las terribles condiciones de los rehenes restantes”, de acuerdo con el Post.

Antes de anunciar el cambio del foco de la guerra a Líbano, Netanyahu enfrentaba una fuerte presión por parte de los ciudadanos, que exigían un acuerdo que permitiera el regreso de los rehenes capturados por Hamás, un reclamo que se intensificó después de la muerte de cinco de los secuestrados.

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