Durante su campaña presidencial, Donald Trump criticó las medidas que el presidente saliente Joe Biden ha tomado frente al conflicto en Ucrania y aseguró que él terminará la guerra en 24 horas. Ahora, siendo el presidente electo de Estados Unidos genera gran incertidumbre en el escenario global; incluso, los expertos se muestran renuentes a crear prospectivas sobre lo que pasará en los siguientes cuatro años.
Trump regresa a la Casa Blanca: incertidumbre global, OTAN y Ucrania en juego
Inquietud para el orden global
Con el control del poder ejecutivo y una mayoría republicana en el Congreso, Trump tiene ahora un escenario más favorable para impulsar su agenda. Respaldado por una base política alineada con su visión de "América primero", el contexto global también se muestra alterado por el auge de líderes y movimientos conservadores en todo el mundo, que favorecen políticas proteccionistas y nacionalistas.
Ahora, con el control absoluto del poder ejecutivo y una mayoría republicana en el Congreso, Trump se enfrenta a un escenario más favorable para implementar su agenda, respaldado por una base política que se alinea con su visión.
A diferencia de otros presidentes de Estados Unidos que operan dentro de un marco de coherencia en su política exterior, Trump se caracteriza por una toma de decisiones que a menudo desafía las normas tradicionales de la diplomacia. Su tendencia a tomar decisiones unilaterales, sin consultar a aliados tradicionales ni considerar las consecuencias a largo plazo, crea un ambiente de incertidumbre al que países no saben cómo actuar.
Un ejemplo de esto son los acuerdos que ha desechado o renegociado, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) —ahora T-MEC— y su salida del Acuerdo de París, dejando a aliados y rivales preguntándose sobre la seguridad a largo plazo de cualquier acuerdo o pacto con Estados Unidos.
En cambio, una de las pocas certezas sobre el regreso del empresario a la presidencia es su desdén por los organismos internacionales, como la ONU o la OTAN. Durante su primer mandato, Trump dejó en claro que consideraba estos organismos ineficaces y un gasto innecesario de recursos.
OTAN y Europa: La amenaza de un EU aislado
El regreso de Trump no solo afecta a Ucrania, sino que pone en jaque la seguridad en Europa y la viabilidad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Ha cuestionado la utilidad de la alianza y ha exigido que los aliados europeos asuman una mayor carga financiera y militar.
Si bien no es probable que Trump retire a su país de la alianza por completo, la posibilidad de que los Estados Unidos se desentienden de compromisos clave o reduzcan su apoyo militar directo es una amenaza real. Esto podría provocar una reconfiguración de la defensa europea, con la Unión Europea (UE) asumiendo un papel más autónomo en cuanto a su seguridad.
Por ejemplo, el reciente nombramiento de Matt Whitaker como embajador ante la OTAN refleja esta visión. De acuerdo con Trump, Whitaker es “un guerrero fuerte y un patriota leal”, encargado de “fortalecer las relaciones con nuestros aliados de la OTAN y garantizar la defensa de los intereses de Estados Unidos”.
Arlene Ramirez Uresti, internacionalista y académica de la Universidad Iberoamericana explica que "Trump pone a los organismos internacionales, como la OTAN y otros sistemas multilaterales, nuevamente en el centro de la discusión, y lo hace porque él realmente no cree que sirvan para resolver los problemas globales. Lo que él busca es una forma de liderazgo más directa, más unilateral, basada en lo que él considera como 'intereses de América'".
Karen Demerutis, experta y consultora en seguridad nacional e internacional, añade que esta postura podría generar vacíos de poder en el escenario global. “Si Europa no actúa, esos vacíos podrían volverse más profundos, obligándola a adoptar un enfoque más autónomo para garantizar su defensa”, comenta.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha empujado este tema al interior de la Unión Europea desde la primera presidencia de Trump.
En cuanto a la política exterior de Trump, su postura proteccionista podría tener consecuencias aún más profundas. Con un enfoque menos involucrado en la resolución de crisis globales y una tendencia a priorizar los intereses nacionales, Estados Unidos podría disminuir su participación en iniciativas clave que afectan a Europa y el resto del mundo, como el cambio climático y los acuerdos comerciales. Como resultado, la UE tendría que enfrentarse a una creciente presión para actuar de manera independiente en estos y otros frentes.
En cuanto al conflicto con Rusia, la relación cercana entre Trump y Vladimir Putin es todavía un tema delicado.
"Aunque Trump ha sido criticado por su cercanía con Putin, hay un sector de su electorado que no ve con buenos ojos esta alianza. La posición de Trump podría generar tensiones internas dentro de su propio partido", señala Arlene Ramírez Uresti. Este contexto podría influir en la política exterior de Trump y, en consecuencia, en las decisiones sobre Ucrania y la OTAN.
¿El fin de la guerra en Ucrania?
Una de las promesas más controvertidas de Trump fue su afirmación de que podría resolver la guerra en Ucrania en solo 24 horas. Sin embargo, expertos como Karen Demerutis consideran esta idea "inverosímil", dado el complejo panorama geopolítico que involucra a Rusia, Ucrania y los aliados internacionales.
A pesar de esto, tanto Demerutis como Ramírez Uresti coinciden en que Trump podría intentar mediar en el conflicto utilizando su estilo de diplomacia de alta presión, como lo ha hecho en otras situaciones.
Demasiado centrado en "América primero", Trump probablemente buscaría una solución que beneficie principalmente a Estados Unidos, sin importar las consecuencias para Ucrania. Según Demerutis, la clave para la resolución del conflicto podría estar en su relación con Putin.
"La cercanía de Trump con Putin podría facilitar las negociaciones, pero también podría dar pie a un acuerdo que favorezca los intereses de Rusia, en detrimento de Ucrania", advierte Demerutis.
A pesar de las presiones que Trump podría imponer a ambas partes, la falta de una mediación genuina y equilibrada podría llevar a una resolución del conflicto que favorezca a Rusia, lo que afectaría gravemente la estabilidad de Ucrania. En cuanto a la postura de Estados Unidos frente a Ucrania, Arlene Ramírez Uresti concluye que "las luces verdes de apoyo de Estados Unidos a Ucrania en las últimas horas muestran un involucramiento más profundo que el que habíamos visto en los últimos días”.
Si bien, estas decisiones “erráticas” del presidente saliente podrían parecer una forma de dejar el escenario global —y directamente el contexto de la guerra en Ucrania— un tanto pantanoso para Trump, su equipo está más que involucrado detrás de estas decisiones. estos permisos no pudieron ser otorgados sin antes hacer un consenso en ambos partidos, dejando nuevamente la especulación del futuro global en un manos del tiempo.