A pesar de dos huelgas generales y algunas manifestaciones tensas —sobre todo en defensa de la universidad pública—, Milei presume de un apoyo estable que confunde a sus críticos: en torno al 45% de imagen positiva, e incluso cerca del 50% según algunos sondeos recientes.
"Somos el gobierno que el primer año tiene el mejor nivel de imagen y confianza después de haber hecho el ajuste más grande la historia de la humanidad", dijo en una conferencia conservadora el miércoles pasado en Buenos Aires.
Muchos están dispuestos a darle tiempo a Milei.
"Vamos por el buen camino (...) veníamos de una situación difícil, veíamos que el país venía en decadencia", dijo José Bosch, un abogado de 40 años, en Buenos Aires, quien agregó que los precios estaban empezando a estabilizarse y que los salarios comenzaban a recuperar terreno perdido.
Aunque la situación está difícil, Bosch está dispuesto a esperar a que el crecimiento se acelere.
"En mi situación personal tengo margen para soportar, no sé hasta cuándo", dijo. "Lo que nos urge siempre a los argentinos es lo económico", agregó.
Moneda: una apuesta arriesga
Con la llegada del economista Milei al poder, el gobierno decidió una gigantesca devaluación del 54.2% en la golpeada moneda del país.
"Argentina pasó de ser el país más barato de la región a ser uno de los más caros (...) Hay cosas que parecen muy buenas, pero también tuvo una contracara que fue todo este ajuste muy fuerte que hizo el gobierno", remarcó a Reuters la economista Marina Dal Poggetto, de la consultora EcoGo.