"Hay que esperar que la terapia antibiótica funcione para evitar el riesgo de septicemia [...] que puede tener un desenlace fatal. El papa está sin duda en buenas manos pero las próximas horas y días serán cruciales", estimó el experto.
Plegarias por el papa
Oraciones por su salud se han organizado desde Roma, en Italia, hasta Argentina o Irak.
"Él es fuerte, siempre fue fuerte, pero está la naturaleza. Sé que está muy grave y la edad. Espero que se recupere, pero me da lástima", declaró Héctor Armando Díaz, un jubilado de 76 años, en la entrada de la Catedral de Buenos Aires, hablando de su compatriota, primer papa latinoamericano.
En la entrada de la iglesia dos televisores difundían imágenes de Jorge Bergoglio, antes de ser papa, lavando pies o dando misas en barrios pobres, como era su costumbre en Buenos Aires.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, deseó el sábado por la noche en X una "pronta recuperación al papa Francisco, gran humanista que ha optado por los más pobres y por promover la fraternidad entre las personas y entre las naciones".
En el otro extremo del mundo, una decena de iglesias en la región de Mosul, en el norte de Irak, celebraron misas por la salud del papa.
Francisco siempre ha "apoyado al pueblo iraquí y lo mínimo que podemos hacer es expresar nuestra solidaridad, nuestro amor", declaró Adnan Hadi, un profesor universitario.
Otros líderes religiosos y políticos han dicho que están rezando por el papa, incluido el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha sido "informado" de la situación, según la Casa Blanca.
Desde el sábado por la noche, los internautas publicaron cientos de mensajes afirmando que rezaban por Francisco, algunos acompañados de una foto del obispo de Roma solo en la plaza de San Pedro durante la pandemia de covid-19.
La hospitalización del papa, la cuarta desde 2021, suscitó una gran preocupación por su salud, ya debilitada por una serie de problemas en los últimos años, desde operaciones de colon y de abdomen hasta dificultades para andar.
Jorge Bergoglio ha dicho en repetidas ocasiones que aún no ha llegado su momento de dimitir, pero sus problemas de salud han suscitado dudas sobre su capacidad para liderar a los casi 1.400 millones de católicos del mundo.
Pese a todo, el papa ha mantenido en los últimos años una agenda frenética y en septiembre realizó una gira de 12 días por Asia-Pacífico.