Tres años después de que Rusia lanzara su ofensiva sobre Ucrania, el conflicto no solo persiste, sino que ha transformado el equilibrio de poder global. Mientras Ucrania resiste con un apoyo internacional cada vez más incierto, la Unión Europea enfrenta dilemas internos que ponen a prueba su unidad. Entre discursos de paz y amenazas veladas, la gran incógnita es si Occidente mantendrá su compromiso o cederá ante la presión de una guerra que parece no tener final.
El conflicto en Ucrania cumple tres años y Europa responde ante el dilema de paz
La Unión Europea busca su propio camino
Ante la incertidumbre sobre el rol de Estados Unidos en la resolución del conflicto, la Unión Europea ha intensificado sus esfuerzos para consolidar su influencia. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, calificó la guerra en Ucrania como "la crisis más central y trascendental para el futuro de Europa" durante la cumbre en Kiev que conmemora los tres años del conflicto.
la UE aprobó un nuevo paquete de ayuda de 3,500 millones de euros y sigue impulsando el fortalecimiento de su capacidad de defensa con el objetivo de alcanzar una mayor autonomía estratégica.
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha convocado una cumbre extraordinaria para el 6 de marzo, en la que se discutirá un nuevo paquete de asistencia militar para Ucrania, que podría incluir sistemas avanzados de defensa aérea y más municiones.
La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, enfatizó la urgencia de proporcionar armamento adicional lo más rápido posible en una reunión de ministros de Relaciones Exteriores en Bruselas. Aunque la iniciativa cuenta con amplio respaldo, la decisión final quedará en manos de los mandatarios europeos.
Obstáculos internos y el dilema de la unidad
El apoyo a Ucrania dentro de la UE no está exento de obstáculos. Hungría, bajo el liderazgo de Viktor Orbán, se opone a nuevas medidas de asistencia militar, argumentando que prolongarían la guerra en lugar de facilitar una solución diplomática. Además, en Italia y Eslovaquia han surgido reservas sobre el envío de más armamento, lo que complica la cohesión del bloque.
Mientras tanto, Alemania y Francia han asumido un papel clave en el respaldo a Kiev. Friedrich Merz, líder conservador alemán y — ganador de las elecciones del domingo —, aseguró que su país continuará apoyando a Ucrania y sostuvo una conversación con Emmanuel Macron antes de la reunión de este último con Donald Trump. Berlín ha incrementado la producción de armamento y ha reforzado su compromiso con la industria militar europea para garantizar un suministro continuo.
Sin embargo, la creciente fatiga entre la población europea con respecto al conflicto ha generado un debate sobre la sostenibilidad del apoyo a Ucrania a largo plazo.
En la Asamblea General de la ONU, el conflicto en Ucrania volvió a ocupar un lugar central en las discusiones. Mientras varios países reafirmaron su respaldo a Kiev y pidieron sanciones más severas contra Rusia, el Kremlin intentó desviar la atención hacia otros conflictos globales. En su intervención, Volodímir Zelenski llamó a la comunidad internacional a no ceder ante el "chantaje ruso" y a mantener la presión diplomática y económica sobre Moscú.
Paralelamente, mientras la Unión Europea define su postura ante la guerra, los enfoques de Emmanuel Macron y Donald Trump reflejan un escenario incierto.
Macron insiste en que la paz en Ucrania no debe implicar la rendición de Kiev y aboga por garantías de seguridad para evitar nuevas agresiones rusas. Trump mantiene una postura ambigua: asegura que podría resolver el conflicto en "unas semanas", pero también impulsa acuerdos económicos con Rusia y plantea convertir la asistencia a Ucrania en inversiones estratégicas.