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Trump y Netanyahu refuerzan alianza con promesas comerciales y presión a Irán

El primer ministro israelí ofreció eliminar el superávit comercial con Estados Unidos y apoyó a Trump en su presión contra Irán. También hablaron sobre Gaza y los rehenes.
lun 07 abril 2025 06:21 PM
El presidente estadounidense, Donald Trump, recibe al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la Casa Blanca en Washington.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estuvo el lunes en Washington para reunirse con Donald Trump, a quien probablemente pedirá un indulto de los aranceles estadounidenses mientras busca más respaldo sobre Irán y Gaza.

Donald Trump recibió este lunes en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un encuentro cargado de simbolismo político y comercial. Se trató de la primera visita oficial de un líder extranjero tras el anuncio del nuevo paquete arancelario que sacudió los mercados internacionales.

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La reunión en la Casa Blanca marcó un punto de inflexión en la agenda internacional del nuevo mandato de Trump: fue la primera vez que recibió a un jefe de gobierno extranjero, desde el anuncio de su nueva política comercial, que impone un arancel del 10% a todas las importaciones, incluidas aquellas provenientes de países considerados aliados.

Frente a esto, Netanyahu sorprendió con una promesa que buscó reforzar el respaldo bilateral. “Eliminaremos el déficit comercial con Estados Unidos (...). Creemos que es lo correcto”, afirmó ante medios de comunicación, en referencia al superávit que Israel mantiene actualmente con su principal socio económico y militar.

Además de los aranceles, Trump dejó claro que no prevé pausas para negociaciones: “No estamos considerando eso. Muchos países vienen a negociar acuerdos con nosotros, y serán justos”, dijo, descartando de plano aplazamientos para sus nuevas medidas proteccionistas.

La relación entre Israel y Estados Unidos es históricamente estrecha, pero en los últimos años cobró un carácter más personal y estratégico bajo el liderazgo de ambos políticos, quienes comparten una visión nacionalista, una retórica de fuerza frente a sus adversarios y una fuerte resistencia a organismos multilaterales. La reunión de este lunes refuerza esa narrativa, en un momento clave para sus agendas internas.

Gaza: la herida abierta

El conflicto con Hamás y la crisis humanitaria en Gaza también ocuparon parte central del encuentro. Netanyahu confirmó que Israel trabaja en nuevas negociaciones para lograr la liberación de rehenes, en medio de la intensificación de la ofensiva militar que se reanudó el 18 de marzo, tras una tregua de dos meses.

“Estamos trabajando ahora en otro acuerdo que esperamos que tenga éxito, y estamos comprometidos a sacar a todos los rehenes”, afirmó el primer ministro, sin dar más detalles.

Desde el inicio de la reanudación de los ataques, más de 1,330 personas han muerto en Gaza, según el Ministerio de Sanidad controlado por Hamás. Naciones Unidas estima que cerca de 400,000 personas han sido desplazadas por la violencia, mientras crecen las denuncias de escasez de alimentos, agua y atención médica.

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La comunidad internacional sigue profundamente dividida sobre el conflicto. Mientras la administración Trump respalda abiertamente las acciones militares israelíes, países europeos y organizaciones humanitarias urgen a ambas partes a retomar las negociaciones de paz y a garantizar la protección de la población civil.

En su encuentro anterior, en febrero, Trump ya había dejado perplejos a varios líderes al sugerir que Estados Unidos tomara el control de la Franja de Gaza para desarrollar un proyecto inmobiliario, sin detallar en qué consistiría esa propuesta ni si contaba con apoyo institucional.

Trump endurece su posición frente a Irán

En el plano diplomático, Trump reveló que su gobierno ha iniciado contactos “directos” con Irán para tratar de reactivar conversaciones sobre su programa nuclear. “Tenemos una reunión muy importante el sábado y trataremos con ellos directamente”, dijo el presidente estadounidense ante la prensa, sin especificar la sede ni quiénes participarán.

“Quizás se llegue a un acuerdo, eso sería fantástico”, añadió. “Nos reuniremos el sábado en un encuentro muy importante, casi al más alto nivel”.

Trump busca ahora renegociar un nuevo acuerdo tras haber retirado a su país del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) en 2018, el pacto firmado en 2015 entre Irán y el Grupo 5+1 (EU, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), que imponía límites al programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones. Desde su retiro, Washington ha endurecido las restricciones económicas contra Teherán, especialmente en sectores estratégicos como el petrolero.

Netanyahu respaldó abiertamente esta postura y reiteró su exigencia de un desmantelamiento total del programa nuclear iraní. “El objetivo es que Irán nunca fabrique un arma nuclear”, afirmó, y pidió que cualquier futuro acuerdo incluya una renuncia verificable a toda capacidad militar. Como referencia, citó el modelo de desarme aplicado en Libia a inicios de los 2000.

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Las tensiones con Teherán volvieron a escalar este fin de semana, luego de que el canciller iraní, Abás Araqchi, negara públicamente estar dispuesto a participar en negociaciones directas. “No tendrían sentido negociaciones directas con una parte que constantemente amenaza con usar la fuerza (...) y cuyos diferentes funcionarios expresan posiciones contradictorias”, dijo el ministro, citado por su oficina. “Pero seguimos comprometidos con la diplomacia y estamos preparados para intentar el camino de las negociaciones indirectas”.

Desde Irán, la advertencia más contundente vino del consejero del líder supremo, Ali Larijani, quien advirtió que la República Islámica “no tendrá otra opción” más que desarrollar armamento nuclear si es atacada por Estados Unidos.

Irán y Estados Unidos rompieron relaciones diplomáticas tras la Revolución Islámica de 1979, y desde entonces los contactos son esporádicos, muchas veces intermediados por países como Suiza, Omán o Catar.

Una relación bajo presión internacional

El nuevo capítulo de acercamiento entre Netanyahu y Trump ocurre en un contexto internacional tenso, donde ambos enfrentan cuestionamientos internos y externos. El líder israelí es criticado por su gestión del conflicto en Gaza, mientras que Trump lidia con presiones de aliados europeos sobre su agenda proteccionista y militar, incluida su exigencia a los miembros de la OTAN de elevar sus gastos de defensa.

La reunión con Netanyahu no solo buscó afianzar alianzas, sino también enviar mensajes claros a sus detractores: Estados Unidos seguirá endureciendo su política exterior, respaldará sin reservas a Israel y presionará a Irán hasta forzar un cambio de rumbo o justificar acciones unilaterales.

Ambos líderes, marcados por su estilo confrontativo y su retórica de “mano dura”, parecen decididos a usar su relación bilateral como plataforma para redefinir las reglas del orden internacional, en un momento de polarización global.

Con información de AFP.

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